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Oruro, Bolivia.

Una jornada muy diferente a la vivida en los cuatro días anteriores es la que ofreció la Etapa 5 del rally Dakar. En su paso por la ciudad de Oruro, ubicada a 3800 metros sobre el nivel del mar, las condiciones climáticas obligaron a que se suspendieran el segundo tramo de la Especial, por lo que solo fueron válidos los primeros 219 kilómetros.

El campamento, ubicado a las afueras de la ciudad, se convirtió en un enorme campo de lodo, con agua que caía de forma intensa cada tanto y hasta granizadas. El viento también se hizo presente, lo que bajó aún más la temperatura.

Los gorros, pañoletas y lentes que ayer aparecieron para proteger a todos de la tormenta de arena, hoy fueron reemplazados por pilotines, botas y hasta bolsas de basura que muchos utilizaron para cubrirse hasta las rodillas.

Los pilotos llegaron completamente mojados y temblando de frío, por lo que apuraban a los asistentes de la mesa de control del campamento. A muchos se los vio temblando. Nelson Sanabria, que finalizó quinto en la etapa y subió al puesto 10 en la general, dijo que estaba pasando "un mal momento". "Estoy sufriendo ahora a causa del frío", confesó.

Sin embargo, en declaraciones a La Nación, el piloto paraguayo lamentó que se haya suspendido el segundo tramo de la Etapa 5, porque estaba listo "para atacar todavía más en la segunda parte", lo que era parte del plan que preparó en la víspera.

Sobre las condiciones a las que se enfrentó hoy, Sanabria comentó que largaron "a cuatro mil metros de altura, con lluvia todo el camino y un frio extremo", lo mismo que se encontró en el enlace de 320 km hacia el campamento. "La verdad que está bastante extremo este Dakar, pero el Dakar es así", recalcó.

Por último, al consultársele si tuvo conocimiento de las condiciones reales en las que se encontraba el tramo suspendido, el paraguayo que celebró haber vuelto al Top Ten en la general habló de un "extremo total". "Imaginate que haciendo un enlace era imposible", sentenció.