Por Aldo Riquelme

ariquelme@lanacion.com.py

Recorriendo las calles de Areguá en esta época se encuentran distintas opciones de pesebres para adquirir. Este año llama la atención de los visitantes y turistas, la sagrada familia indígena de tamaño real, creación del renombrado artesano paraguayo José Javier "Chito" Centeno.

Con casi 50 años en el rubro -por una herencia familiar-, este pesebre se convirtió en el cuarto trabajo de este tamaño de la "Alfarería Chito Centeno", ubicada sobre las calles La Candelaria y Ricardo Pérez de la citada ciudad.

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Una obra de arte única y hecha por talentosas manos. Un trabajo que se encuentra al mismo nivel -o quizas mayor- de piezas de alfarería de México y Perú, países muy renombrados en este rubro artístico.

La curiosidad sobre esta pieza llevó al equipo de La Nación hasta la capital de la artesanía, para conocer un poco más sobre esta obra de arte, de casi dos metros, que se detalla a continuación.

Amor al arte

"Chito" Centeno comentó que en Areguá actualmente son más de 300 personas las que viven de la artesanía.

Agregó que a diferencia de otros artesanos, él crió a toda su familia viviendo única y exclusivamente de los ingresos económicos que le genera el arte de moldear el barro. "Yo vivo de la artesanía", aseguró el artista.

Resaltó que toda su familia se dedica al rubro de la alfarería. Su esposa, Gladis Fernández de Centeno, y sus cuatro hijos; Gladis Balbina, Maria Paz, Sol Anahi y Jesús Javier, cada uno tiene una tarea asignada, dentro de este arte "que ya le dio muchas satifacciones", según acotó.

El artista José Javier "Chito" Centeno y su hija Sol Anahí Centeno Fernández. Foto: Fernando Riveros.[/caption]

Pesebre nativo

Ya en conversación sobre su último gran trabajo y consultado sobre la historia detrás de la creación de la sagrada familia nativa, mencionó que todo inició un año atrás. Señaló que fue a pedido de la familia Leguizamón, quienes viven en la ciudad de Clorinda, Argentina.

"Llegaron hasta el local y pidieron una artesanía nativa. Les propuse una sagrada familia con figuras de nativos indígenas y aceptaron mi idea", detalló el artista.

Proceso

Seguidamente, comentó sobre el proceso que lleva hacer un pesebre en tamaño real y precisó que es un trabajo puntilloso que podría fácilmente llevar más de 30 días, para lograr una pieza bien trabajada y con los detalles que enriquecen la imagen de barro.

"Primero se prepara la base, después se construye el tronco, cabeza, brazos, manos y se va formando la figura. Posteriormente se vuelve a esculpir -de abajo para arriba- para perfeccionar el trabajo. Una vez hecho esto, se parcelan las piezas y se mete al horno, para luego unirlo con una masilla plástica -un material duro- que unirá las partes de la imagen", expresó el artista aregüeño.

También, agregó que uno de lo secretos de su trabajo está en los apliques que añade a su obra. Puntualizó que al igual que los pequeños detalles, el amor a la hora de juntar las manos para trabajar el barro es fundamental para ofrecer un trabajo excelente, para quienes aprecian el arte de la alfarería.

Foto: Fernando Riveros.[/caption]

Costo

En cuanto al costo que supone esta pieza de arte, indicó que el valor real sería de G. 10 millones, pero queriendo mostrar su talento y su obra este tiene un precio mercado que va de G. 2 millones cada uno -hombre nativo y mujer nativa- y G. 1 millón el niño nativo.

No obstante, se puede adquirir a un precio de G. 6 millones, dentro de un combo que incluye los accesorios propios del pesebre.

Dijo -además- que está en los planes para las festividades del próximo año, innovar y empezar con la elaboración de pesebres nativos de tamaño normal, que hará más accesible a la ciudadanía la adquisición de esta pieza única.

Foto: Fernando Riveros.[/caption]

Desde el 2013

Profundizando sobre sus trabajos, mencionó que en el año 2013 realizó su primer trabajo de tamaño real y fue una escultura de 2 metros con la imagen de San Carlos de Borromeo para la parroquia del mismo nombre, que se encuentra en la ciudad de San Juan Nepomuceno.

Luego, dio vida a dos pesebres, la sagrada familia nativa en 2015 y el pesebre tradicional este 2016. Ambos trabajos en barro están expuestos actualmente, en el paseo central de la ciudad de Areguá.

Falta de interés

Finalmente, el artista compatriota lamentó la falta de interés de las autoridades y criticó la falta de apoyo al rubro del arte nacional.

"Paraguay no tiene nada que envidiar de las obras artesanales de otros países. Aquí hay piezas de una altísima calidad y artistas con un gran talento que deben ser vistos y reconocidos", reiteró.

Solicitó a los órganos encargados de velar por los artesanos, "promocionar las obras paraguayas". Además, pidió a la ciudadanía acercarse hasta Areguá y comprar el arte de producción nacional, para retribuir el trabajo de los artistas locales.

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