La lluvia no paró de caer durante todo el desarrollo de la misa central en Caacupé, pero la fé del pueblo paraguayo hacia la madre común fue más fuerte, por lo que miles de fieles permanecieron firmes en la explanada siguiendo los pormenores de la celebración principal.

Bajo paraguas, con sombrillas, pilotines y hasta bolsas de polietileno común, los feligreses se mantuvieron impasibles durante todo el desarrollo de la eucaristía.

Muchos incluso se las ingeniaron para mantener encendidas sus velas pese a la lluvia que caía persistentemente.

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Los que llevaron a niños pequeños también improvisaron "toldos" para evitar que los peregrinos mas chicos se mojen.

La cantidad de gente fue tanta que incluso en las galerías que rodean a las oficinas principales de la Basílica hubo lleno total de peregrinos, quienes escucharon el mensaje del enviado del Papa bajo techo pero totalmente mojados.

Los piri sirvieron en ésta oportunidad más como techo o resguardo de la lluvia que como cama, según pueden verse en algunas imágenes captadas por los reporteros gráficos del Grupo Nación.

El homenaje a los fallecidos en la tragedia del Chapecoense tampoco faltó, pues un pasacalles fue colocado por las rejas alrededor de la basílica, para recordar a las 71 víctimas del accidente aéreo ocurrido el pasado 29 de noviembre en Antioquia, Colombia.

En el sector de romerías la gente tampoco mermó, pues muchos se dedicaron a apostar o a entretenerse con otros juegos de azar, mientras se desarrollaba la misa central.

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