La devoción católica a María tiene uno de sus momentos especiales en el año con la tradicional peregrinación a la Basílica de Caacupé. Para entender el sentido de esa devoción y la implicancia para los católicos el rezo del rosario, se conversó con el laico Óscar Ávila, responsable de la Pastoral Social de la Parroquia de La Recolecta y también encargado del hogar de adolescentes Rosa María.

Para entender la poderosa relación de la Virgen María con Jesús y Dios, hay que remontarse a la anunciación, que es un momento extraordinario porque Dios Padre envía a un ser celestial sobre una adolescente, que estaba en su pieza orando, explicó Ávila. Detalla que la Virgen solicita a los cristianos que no estén acongojados, ya que ella siempre está, porque es nuestra Madre.

"Ella se está apareciendo en Medjugorje (Bosnia y Herzegovina) y está pidiendo que se rece por la paz. En otro lugar donde se aparece acá es en Salta (Argentina). Allí ella pide que se haga la consagración especial a Jesucristo Eucaristía y al Inmaculado Corazón de María", dijo.

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El laico sostuvo que existe una conexión entre la devoción a la Eucaristía (Jesús Sacramentado) con la Virgen María, ya que fue ella la que llevó al Verbo en su vientre, se volvió Carne y habitó entre nosotros. "Dios le dice, 'no temas María', y hace el saludo más extraordinario que jamás se escuchó: 'Ave María Gracia plena' y ese es el inicio de la salvación de la raza humana. Ese es el punto de partida de lo poderosa que es la Virgen María", resaltó.

Agregó que el rezo del rosario recrea el saludo de Dios Padre a la niña y la oración que Jesús enseñó (Padre Nuestro). Además, con esto se pide a Santa María para que interceda, en el momento actual y también a la hora de la muerte, que es uno de los más difíciles, según Ávila. "Cualquier cantidad de testimonio hay de cómo la Virgen no olvida todas las veces que uno rezó, porque allí se pide que ella interceda por la persona que eleva esa oración", indicó.

Aseguró que así como la Virgen le dio vida a Jesús, también fue ella la que lo inició en la vida de misión, cuando en las bodas de Caná, tras acabarse el vino sugirió a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga" y así convierte el agua en vino.

Ya remontándose a tiempos más modernos, Ávila hizo referencia al sueño de San Juan Bosco, considerado "Cristocéntrico, mariano y eclesial". En ese sueño, navega la Iglesia, al mando del Pontífice y el barco que fue atacado por el mal, pero gracias a dos columnas emergentes en el que están la Sagrada Eucaristía y la Virgen María, se pudo vencer. "Todo el ejército enemigo se retira derrotado y los cristianos con el Santo Padre a la cabeza entonan un Himno de Acción de Gracias a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e incluye a varios papas", dijo Ávila.

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