Barcelona, España | AFP, por Gabriel RUBIO GIRON.

El portero chileno del Mánchester City, Claudio Bravo, vuelve el miércoles al Camp Nou para enfrentarse al Barcelona, el equipo en el que vivió algunos de sus mejores momentos, pero que también propició algunos de sus peores.

Bravo, de 33 años, vuelve por primera vez al Camp Nou desde que abandonó el Barcelona el verano pasado para enfrentarse a su exequipo en la tercera fecha de la Liga de Campeones.

"Es un partido atractivo e importante. Estoy feliz por volver a un escenario que me permitió vivir experiencias bonitas y me abrió las puertas al fútbol de élite", dijo el meta internacional chileno en una entrevista con el diario catalán Mundo Deportivo.

Bravo, de 33 años, puso rumbo a Mánchester el verano pasado atraído por el proyecto de Pep Guardiola y ante la incertidumbre sobre su titularidad, tras dos años alternándose en la portería azulgrana con el alemán Ter Stegen.

El chileno jugaba los partidos de Liga, mientras el alemán se encargaba de la Copa del Rey y la Liga de Campeones.

Una alternancia que no le impidió vivir dos años de éxitos en el club azulgrana desde su llegada en 2014 habiendo ganado la Liga en esas dos temporadas, además de ganar el trofeo Zamora al portero menos goleado en la primera de ella (2014/2015) con 19 goles encajados.

Querido por el público del Camp Nou, el portero chileno, que cree que será bien recibido el miércoles, también ganó también una Liga de Campeones (2014/2015), una Supercopa de Europa (2014/2015), dos Copas del Rey (2015-2016), un Mundial de Clubes (2015) y una Supercopa de España (2016).

Este último título supuso su despedida del marco barcelonista en dos partidos contra el Sevilla en el que dejó la portería a cero (2-0 en la ida, 3-0 en la vuelta), ya que poco después se anunciaba su salida el verano pasado.

"Habría preferido que se quedara porque es uno de los mejores porteros actualmente", insistía hace pocos días el capitán del Barcelona, Andrés Iniesta.

Pero, el portero chileno encajaba en el perfil que buscaba Guardiola para su Mánchester City.

"Lo primero que quiero es que un portero pare, es lo más importante. Pero después busco que sea capaz de jugar bien con el balón en los pies. Nos tiene que ayudar a crear juego desde atrás", decía Guardiola.

Bravo no lo dudó y ahora se enfrentará a los que hace poco defendía con el recuerdo de lo mal que lo pasaba frente a los Messi y compañía cuando era portero de la Real Sociedad, antes de fichar por los azulgrana.

El argentino fue la bestia negra del meta en las cinco ocasiones en que el arquero chileno visitó el Camp Nou defendiendo los colores del equipo vasco.

Messi marcó 6 de los 17 tantos que Bravo encajó en esas cinco visitas al estadio barcelonista, que se saldaron todas con derrotas, la mayor de ellas el 5-1 de la temporada 2012/2013.

En total, Bravo ha recibido 25 goles en las diez ocasiones en que se ha enfrentado al Barcelona, pero el portero asume con naturalidad el tener que medirse el miércoles al temido tridente ofensivo formado por Messi, Luis Suárez y Neymar.

"Nunca he visto un delantero rival como una pesadilla, más bien al contrario. Lo ves como un reto y quieres jugar esos partidos. Son grandes partidos con algunos de los mejores jugadores", dijo Bravo a la página web de la UEFA.

Bravo recordó que ha aprendido mucho de Messi y compañía, pero también concede que "es complicado jugar contra ellos y es por eso que están entre los mejores".

El miércoles, el portero chileno deberá poner a prueba todo ese aprendizaje para tratar de que la "MSN" no perfore su portería.