"La más gloriosa", la "kuña guapa", la "heroica reconstructora de la patria"... títulos todos adjudicados a la mujer en el Paraguay. Sin embargo, en el país las cifras muestran un escenario no tan idílico para la que suele ser cabeza de familia y -muchas veces- no tiene tiempo ni razón para ponerse flores en las trenzas.

Por Natalia Santos (nataliasantos@lanacion.com.py)

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Joyas y guerra guardan relación con la elección de la fecha del Día de la Mujer Paraguaya. Desde el momento en que la historiadora Idalia Flores de Zarza propuso en la "Academia Paraguaya de Historia" -en el año 1974- que el 24 de febrero se recuerde como el "Día de la Mujer Paraguaya", cada niña, señorita, señora, dama, miembro del género femenino tiene una suerte de "obligación" de comportarse como una "residenta".

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Recapitulemos ¿Qué pasó en ese día de 1867, en la Plaza de Mayo? Las mujeres de la capital se reunieron "decididas a contribuir con la causa de la República mediante la donación de sus joyas y alhajas a fin de financiar la Guerra Contra la Triple Alianza". Esa es la versión oficial, que tiene sus detractores, sus revisionistas y etc., pero dejemos a un lado el pasado y pongamos la mirada en el presente.

La mujer paraguaya en el Siglo XXI afronta desafíos para alcanzar la igualdad efectiva. Foto collage: ARCHIVO.

Hoy, aparecen por todos lados las imágenes de morenas "yuky" de sonrisa inalterable y danzarín cántaro en la cabeza, o las versiones más pop que las disfrazan de "mujeres maravillas" o "power girls". También se multiplican los cumplidos, las felicitaciones, los reconocimientos a las "sufridas", "valientes", "hermosas", "dulces" y "aguantadoras".

"Rubias, morenas o trigueñas, mujeres hay para el querer de toda laya/más si en lograr amor te empeñas debe ser ella una bella paraguaya", reza la canción de Juan Manuel Frutos Pane y Juan Carlos Moreno que junto con calificativos como "alma de su tierra" contribuye al establecimiento de estereotipos en el imaginario colectivo que "venera" a la figura del billete de veinte mil guaraníes.

Pero ¿quiénes son las mujeres paraguayas en el siglo XXI?. Son ministras en las secretarías de Estado y en la Corte Suprema de Justicia (número que se puede contar con los dedos de la mano), representantes en el Congreso Nacional, políticas, empresarias, becarias, estudiantes, científicas, artistas, emprendedoras, sindicalistas, activistas sociales, profesionales en todas las áreas, obreras, trabajadoras informales, empleadas domésticas, campesinas, amas de casa, explotadas sexuales, madres-niñas, y en muchos (demasiados casos) cifras que muestran que todavía hay un largo camino por andar en igualdad efectiva .

Debido a la fecha, muchas carteras ministeriales y organismos estatales redoblaron sus esfuerzos por dar a conocer los derechos a las mujeres. Pero pongámonos a mirar de manera objetiva el panorama y veamos lo que se puede medir y contabilizar. Según el documento Igualdad de género y principales brechas en Paraguay (elaborado en 2015 por ONU Mujeres, el Gobierno Nacional, la Secretaría de la Mujer; y reproducido de manera condensada más abajo) estas son algunas cifras que ilustran las condiciones actuales:

EMPLEO, DESEMPLEO E INACTIVIDAD LABORAL: Del total de mujeres en edad de trabajar, el 48,1% está entre la Población Económicamente Inactiva (PEI). En el sector rural, 52,8% de las mujeres son inactivas; mientras que en el sector urbano la problemática afecta al 45,4% de las mujeres. La tasa de subutilización de la mano de obra (desempleo más subempleo) llega al 28,7% en las mujeres. La inactividad, el desempleo y el subempleo que enfrentan las mujeres constituyen obstáculos a su autonomía económica.

JEFATURA DE HOGAR: En los últimos años el porcentaje de hogares que tienen como jefa a una mujer ha pasado de 25,3% (2000) a 31,8% (2013), fenómeno registrado tanto en áreas urbanas como rurales. El 31,8% de los hogares en Paraguay tiene jefatura femenina, siendo un fenómeno más urbano que rural ya que el 67,2% de estos hogares se encuentran en las ciudades.

ACCESO A LA TIERRA: Las mujeres recibieron sólo el 13,6% de las tierras fiscales, en los últimos 62 años. Igualmente, las mujeres recibieron el 17,8% de los títulos otorgados, en tanto que los hombres el 82,1%. La falta de acceso de las mujeres rurales a los servicios del desarrollo está relacionada a la negación por parte de la sociedad, de su rol productivo, del sesgo masculino de la jefatura familiar y de la invisibilidad de su contribución al desarrollo.

ECONOMÍA: En promedio, en 2013 las mujeres jefas ganaban 27,1% menos que los hombres. Esta brecha es del 30,3% en el sector urbano y se eleva al 42,2% en el sector rural. Para las mujeres, el trabajo por cuenta propia es el más importante, ya que ocupa al 32,8%. Esta situación se acentúa en el caso de las jefas de hogar. El 44,5% de ellas es cuentapropista, por la relación existente entre las responsabilidades familiares y las decisiones laborales. En el trabajo doméstico se encuentra 16,0% de las mujeres ocupadas. El 37% de las mujeres no cuenta con un ingreso propio. La falta de autonomía económica se agrava en el sector rural. Allí las mujeres sin ingresos llegan al 42,4%.

EDUCACIÓN: La mayoría de las mujeres jefas -67,2%- se ubica en los niveles menores de educación -9 años o menos de estudio-, frente al 63,3% de los hombres. Las tasas de analfabetismo a nivel nacional muestran que el 4,6% de los hombres son analfabetos, frente al 6,1% de las mujeres. Hay una incidencia del embarazo en las cifras. El 75,2% de las mujeres de 15 a 24 años ya habían dejado de estudiar al momento del embarazo y de las que estaban estudiando –el restante 24,8%- poco más de la mitad dejó los estudios. Sólo una mínima proporción retomó los estudios.

SALUD: Los tumores son la primera causa de muerte femenina entre los 10 y 49 años, relacionados con la prevalencia del cáncer de mama y cérvico-uterino. La Encuesta Nacional de Demografía y Salud Sexual y Reproductiva (CEPEP, 2009: 242) muestra que a pesar del amplio conocimiento (98,9%) que tienen las mujeres encuestadas (15-44 años de edad) sobre la necesidad de realizarse el examen de Papanicolaou, sólo el 71,3% reportó haberse hecho la prueba al menos una vez. Se verifican brechas entre las mujeres urbanas y rurales, ya que las primeras reportaron haberlo hecho en el 73,9% de los casos, mientras que las segundas solo en el 66,6%. En las mujeres jóvenes (15-24 años) esta cifra baja al 43,6%.

MATERNIDAD TEMPRANA: En Paraguay, las y los recién nacidos que nacen de mujeres de entre 15 y 19 años de edad tienen casi 80% más de probabilidad de morir durante el primer año de vida que aquellos que nacen de mujeres de entre 20 y 29 años. Entre 6% y 7% de las mujeres de 15 a 19 años de nivel socioeconómico bajo, residentes en zonas donde el guaraní es el principal idioma hablado, o de la región Norte del país, reporta no tener acceso a servicios médicos prenatales.

PARTICIPACIÓN POLÍTICA: El porcentaje promedio de la participación de mujeres en los diferentes cargos disputados en las Elecciones Generales desde 1993 a 2013 ha sido sólo del 10%. La participación más alta se ha registrado en las bancas del PARLASUR, con 16,7% en las dos últimas Elecciones Generales; seguida del cargo de senadoras, con 15,5%; el de concejalas departamentales, con 11,2%; el de diputadas, con 8,1%; y el de gobernadoras con sólo 1,3%. En términos de los niveles de participación electoral, las mujeres superan en porcentajes a los hombres, representando el 66,0% y 56,5% .

VIOLENCIA: El 4,7% de las mujeres reportó haber sido agredida físicamente, frente al 1,6% de los hombres. El 74,6% de las víctimas de violencia física son mujeres. Las mujeres embarazadas aparecen como particularmente afectadas por la violencia intrafamiliar, ya que 1 de cada 4 mujeres señaló que estaba embarazada cuando sufrió violencia, ya sea física o psicológica. En más de la mitad de los casos, los principales agresores son el esposo o la pareja permanente. Los hijos o hermanos ejercen violencia psicológica, incluso en mayor porcentaje que el ex esposo. El 36% de mujeres (15 a 44 años) declaró que fue víctima de violencia verbal, el 17,9% de violencia física y el 5% de violencia sexual por parte de su pareja o ex pareja. Un alto porcentaje no busca ayuda por razones relacionadas al miedo, la vergüenza o por creer que lo podía solucionar sola .

La realidad necesita algo más que discursos. Colocar a la mujer en roles de víctima o combatiente recalcitrante no ayuda a resolver las problemáticas. La responsabilidad actual es propiciar conciencia y verdadero empoderamiento; ése que permitirá una mejor calidad de vida para todas y todos, y un desarrollo de la sociedad en general.

Otras cosas para leer:

Igualdad de género y principales brechas en Paraguay:

http://lac.unwomen.org/~/media/field%20office%20americas/documentos/publicaciones/igualdad%20de%20ge%CC%81nero%20y%20principales%20brechas%20en%20paraguay.pdf

Derechos de la Mujer Trabajadora Paraguaya: http://www.mtess.gov.py/index.php/albumes/derechos-de-la-mujer-trabajadora-paraguaya

Situación de la Mujer Trabajadora en Paraguay: http://www.mtess.gov.py/index.php/noticias/situacion-de-la-mujer-trabajadora-en-paraguay

Día de la Mujer Paraguaya: http://www.mujer.gov.py/index.php/noticias/dia-de-la-mujer-paraguaya

Mujer: es tu derecho tener un día libre para hacerte el PAP y la mamografía: http://www.mspbs.gov.py/v3/39472-2/

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