Mientras unas 200 mil familias de Asunción y la zona metropolitana quedaron sin energía eléctrica por horas y días a causa de los incendios en la estación de Lambaré y en la subestación de San Lorenzo, que se sucedieron en menos de siete días, desde la propia entidad energética aseguran que estos siniestros son consecuencias de un sistema de distribución energético totalmente colapsado, y que el Estado paraguayo no tiene, al menos a corto plazo, una solución final a este drama.

Uno de los puntos que permitió llegar a esta situación, enfatizan las autoridades de la Ande, son las obras que no se pudieron terminar en los últimos años y que iban a mejorar el sistema de transmisión para toda la zona metropolitana y la capital del país, así como también para varias ciudades del interior. En ese sentido, según los archivos de la propia entidad, el retraso en las obras para subestaciones se da desde 1997.

En dicho año, la Ande presentó un plan para construir una subestación en el barrio Pinozá, dentro del proyecto denominado "De mejoramiento del Sistema Metropolitano de Asunción", que incluía asimismo la edificación de dos subestaciones más; una en el barrio Hipódromo y otra, años después, en el Parque Caballero. En todas estas obras, los vecinos de los lugares señalados se opusieron y la Municipalidad local finalmente terminó sin dar los permisos correspondientes.

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Estas tres obras, hasta hoy día, no se pudieron completar. Según técnicos del ente energético, la puesta a punto de estas subestaciones eran fundamentales para tener una mejor distribución en la provisión del servicio, pero desde 18 años que estas construcciones no pueden avanzar en los sitios que se habían planificado.

Actualmente, para Asunción, existe una obra de la Ande que sigue sin tener el plan regulador. Se trata de la construcción de la subestación Mburucuyá, a construirse en el barrio Trinidad y cuyos vecinos también ya se manifestaron en contra del proyecto.

Las obras de las ciudades del Área Metropolitana corresponden a proyectos presentados con la actual administración de Víctor Romero, pero tampoco se logró contar con la autorización municipal en estos casos. La idea de construir una subestación en el barrio San Rafael de Mariano Roque Alonso movilizó inmediatamente a los pobladores, quienes protestaron, lo que obligó a cambiar el lugar para instalar este puesto energético. Por ahora, la subestación para Mariano se construirá en el predio de las Fuerzas Armadas, pero el proyecto tuvo que renovar todos sus permisos ambientales y otras documentaciones por el cambio.

Otro proyecto parado para mejorar la distribución energética en la zona metropolitana tiene que ver con el plan de construir una subestación en el barrio Molino de Luque. Los vecinos del lugar se organizaron al instante y enviaron varias notas de reclamo a la Ande para pedir que se cambie el lugar de la construcción. Por el momento, fuentes del ente confirmaron que las documentaciones todavía no fueron presentadas a la municipalidad local, debido al nuevo rechazo de los pobladores.

La Ande actualmente tiene otro proyecto para una subestación en Asunción, que es la que se busca construir en Villa Aurelia, pero las documentaciones y los pedidos de permiso se realizarán recién en las próximas semanas.

EN EL INTERIOR

Otra obra que técnicos energéticos consideran fundamental y que no se terminó aún es la construcción de la línea de transmisión 220 kV del kilómetro 8 de Presidente Franco. La institución pidió resguardo policial de los trabajos, ya que los vecinos están absolutamente en contra de instalar las torres para la transmisión. En Cambyretá, departamento de Itapúa, el propio intendente local, Javier Pereira (PLRA), ordenó paralizar las obras de la línea de transmisión 66 kV Cambyretá-Encarnación a pedido de los pobladores de la zona.

POR TEMOR A LA SALUD

Los vecinos de los diferentes barrios seleccionados para la construcción de subestaciones siempre se opusieron a estos proyectos. El principal motivo que esgrimieron y siguen manteniendo hasta ahora los residentes de las zonas seleccionadas es que la construcción de una planta energética de estas características, a la larga, termina afectando la salud de los vecinos, ya que supuestamente las torres emiten una radiación que incluso genera graves enfermedades con el paso de los años.

La fuerte oposición de los pobladores, inclusive, generó fuertes debates en las juntas municipales de Asunción y de otros municipios donde la Ande tenía pensado añadir más plantas energéticas. Un ejemplo es el que se presentó en el barrio Trinidad, donde, el año pasado, sus habitantes se manifestaron contra la instalación de la subestación Mburucuyá. En este caso, los pobladores recurrieron a la Junta Municipal de Asunción para impedir que el mencionado proyecto de la entidad estatal pueda concretarse.

Igual situación se presentó en Minga Guasú, Alto Paraná, cuyos vecinos del kilómetro 14, en el 2011, lucharon contra la construcción de una obra del ente eléctrico. Organizaron incluso una Comisión Vecinal a efectos de gestionar ante las autoridades locales, departamentales y nacionales y lograr parar el proyecto. Dijeron que nunca fueron consultados para la instalación de la subestática en el barrio.

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