Por Óscar Distéfano

El excesivo calor imperante en el país no impidió ver un lindo e intenso partido entre Rubio Ñu y Sportivo Luqueño, que estaban necesitados de sumar los tres puntos debido a la situación que atraviesan en el torneo.

Los dos equipos buscaron desde el inicio tener el balón, mover y llegar a inquietar a los goleros Rodríguez y Vargas, pero fue el elenco visitante el que sorprendió al local, después de una falla de Tobías Vargas, que la aprovechó bastante bien el colombiano Marín, para colocar el balón lejos de la defensa del golero local.

Fue un baldazo de agua fría para el equipo de Mario Jara. Cuando el albiverde jugaba mejor, llegó el descuido defensivo y la caída de su valla. Los comandados por el profe Mareco hicieron bien el trabajo, porque casi no permitieron la subida de "Pitu" Velázquez por la derecha y Marcos Acosta por la izquierda, porque esas zonas fueron las más fuertes del equipo albiverde en los partidos anteriores.

No obstante, con la inclusión de Teodoro Paredes, el elenco local fue más lento con Domínguez en la zona media de la defensa. Eso permitió a Rojas y Arévalos inquietar constantemente a Vargas que se mostraba nervioso en todo momento.

Por más que buscaba el gol del empate, Rubio Ñu no acertaba. Incluso, Jara dejó excesivamente al juvenil Irala dentro del campo, porque no aportó absolutamente nada. Quizás el ingreso más tempranero de Escobar permitía otro resultado. Pero en otro descuido defensivo, fue Arévalos quien hizo el segundo tanto auriazul cuando expiraba el primer tiempo.

En la complementaria, el argentino Cardozo y Escobar entraron, pero sin poder equilibrar las fuerzas. Para colmo, Trombetta fue expulsado por doble amonestación. Deliberadamente devolvió el balón a su arquero cuando ya estaba amonestado. Todos protestaron incluso, por poco, el argentino agredió al árbitro, estando muy nervioso.

Con esta ventaja, Rubio Ñu atacó y buscó descontar. Lo hizo mediante un error de Rodríguez, que aprovechó el goleador ñuense Diego Godoy para poner más emoción al juego. Ya no hubo tiempo, la derrota y la pérdida del invicto local estaban consumadas. La recuperación auriazul, también.