En los ratones, unas dosis altas de cocaína provocan que las células cerebrales se devoren a sí mismas, informan unos investigadores. Los científicos de la Universidad de Johns Hopkins también encontraron esa destrucción en las células cerebrales de ratones cuyas madres recibieron cocaína durante el embarazo.

Pero también identificaron un posible antídoto de ese proceso. En su trabajo de laboratorio, los investigadores hallaron que las dosis altas de cocaína (un estimulante potente y adictivo) provocan una autofagia descontrolada, un proceso en que las células digieren su propio interior. La autofagia por lo general es un proceso normal y vital que ayuda a mantener a las células limpias.

"Realizamos 'autopsias' para averiguar cómo morían las células por las dosis altas de cocaína", explicó el Dr. Solomon Snyder, profesor de neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

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"Esa información nos dio un conocimiento inmediato sobre cómo podríamos usar un compuesto conocido para interferir en ese proceso y evitar el daño", comentó en un comunicado de prensa de la universidad.

El antídoto posible es un compuesto experimental conocido como CGP3466B. Ya se ha evaluado en ensayos clínicos no exitosos para tratar la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y se sabe que es seguro para las personas, señalaron los investigadores, al referirse sobre este flagelo de la humanidad.

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