Quienes viven en las costas de Estados Unidos saben cómo prepararse para los iracundos huracanes de finales del verano: clavan tiras de madera a los marcos de sus ventanas conforme la tormenta se avecina. Las aseguradoras y reaseguradoras de bienes raíces en Estados Unidos también están listas, mediante sus sofisticados modelos para dar seguimiento a las tormentas y calcular las posibles pérdidas.

Sin embargo, el viento no es el único peligro que traen consigo los huracanes. Pregunten a los habitantes de Houston, que vieron sus casas inundadas con los 1,3 metros de lluvia que llevó el huracán Harvey durante seis días, o a quienes están en el trayecto del huracán Irma, que ha causado estragos por todo el Caribe.

Mientras que el daño por viento está cubierto por la mayoría de las pólizas de seguro estándar en Estados Unidos, el seguro contra inundaciones es un agregado manejado por el gobierno que no todos los dueños de bienes raíces compran. Como resultado, de los más de 30.000 millones de pérdidas por bienes raíces en Texas, puede que solo el 40 por ciento esté asegurado.

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El Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones (NFIP por su sigla en inglés) se estableció en 1968, después de que una serie de importantes pérdidas provocó la retirada de las aseguradoras privadas. Los habitantes de zonas dentro de una planicie aluvial de 100 años (lo que significa una probabilidad del uno por ciento anual de que ocurra una inundación), según los mapas de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, y que tengan una hipoteca garantizada por el gobierno, están obligados a comprar la cobertura del NFIP.

Los demás pueden comprarla como un agregado, pero muy pocos lo hacen.

El programa cubre solo cerca de cinco millones de propiedades en Estados Unidos. En Houston, gran parte del daño ocurrió fuera de la planicie aluvial, así que es posible que muchas carezcan por completo de seguro y dependan de la ayuda que el gobierno federal les brinde.

Por razones políticas, el NFIP cobra primas muy bajas, desplazando a las aseguradoras privadas. Esto también significa que su ingreso no cubre todas las pérdidas, y se ve obligado a tomar dinero de los contribuyentes estadounidenses.

Después de responder a los huracanes Katrina en el 2005 y Sandy en el 2012, el programa tiene una deuda de 25.000 millones de dólares. Además, los topes rígidos que impone a las coberturas (250.000 dólares por una casa particular y 100.000 por su contenido; 500.000 dólares por un bien raíz comercial y 500.000 por su contenido) no son adecuados para todos los pequeños negocios y propietarios de casas. Las empresas grandes pueden comprar un seguro privado contra inundaciones, y lo hacen, aunque pagan por él un precio muy alto.

¿Sería más eficaz una solución proporcionada por el sector privado? Una dificultad es que el riesgo de inundaciones es complicado de modelar, y por lo tanto igualmente de asegurar.

De acuerdo con Dan Dick de Aon Benfield, un corredor de seguros, evaluar el riesgo de inundación de un bien raíz requiere de datos topográficos detallados y muy localizados. Hasta hace poco, las aseguradoras simplemente no tenían acceso a los datos adecuados o a modelos lo suficientemente sofisticados para evaluar a las propiedades en riesgo de inundación.

Eso ha cambiado en la última década, conforme empresas especializadas en modelado, como RMS, famosa por su modelo de huracanes, y JBA han comenzado a ofrecer modelos de inundación. Aon Benfield también cuenta con sus propios modelos.

Aun así, los seguros privados contra inundaciones siguen siendo una parte pequeña del mercado, aunque el año pasado el NFIP, por primera vez, contrató reaseguramiento privado para algunos de sus riesgos.

Otro obstáculo es que las inundaciones están muy localizadas y es más probable que los propietarios de bienes inmuebles en zonas de alto riesgo busquen asegurarlos, haciendo difícil que los riesgos se distribuyan.

Sin embargo, otros países muestran la manera en que los mercados de seguros privados pueden tener una mayor participación. En el Reino Unido, las aseguradoras privadas incluyen la cobertura contra inundaciones en las pólizas estándar, de manera que se distribuyen en un conjunto más extenso de tenedores de pólizas. Sin embargo, el gobierno tiene una importante intervención en el reaseguramiento a través de un organismo llamado Flood Re. Esto tiene como fin mantener los seguros asequibles incluso en las áreas de alto riesgo a través de subsidios transversales obligatorios, financiados por una imposición a todas las aseguradoras.

Por su parte, en Alemania no hay una intervención estatal directa en los seguros contra inundaciones. Su sistema de mapas divide al país en cuatro zonas: planicies aluviales de 10, 100 y 200 años, y las externas a ellas. Este sistema fue elaborado por la industria de los seguros y permite un establecimiento de precios y una evaluación de riesgos más sofisticados que la compra obligatoria en Estados Unidos.

Aun así, ningún país ha enfrentado las espinosas cuestiones planteadas por el seguro contra inundaciones. El agrupar el riesgo de inundaciones significa que quienes están en zonas que tienden a inundarse pagan un poco más de seguro que quienes viven en áreas secas, una realidad que debilita los frenos a construir en esas áreas vulnerables.

Las excepciones, como la exclusión de Flood Re de las casas que tienden a inundarse construidas después del 2009 o los descuentos del NFIP a las comunidades que toman medidas para reducir el riesgo de inundaciones, no son suficiente para contrarrestar este efecto.

Mientras tanto, las pérdidas por inundación siguen aumentando: hasta ahora, esto se ha debido sobre todo a valores más altos de los bienes raíces, dijo Michael Szoenyl de la aseguradora Zurich, pero la tendencia continuará conforme el cambio climático aumenta la incidencia de inundaciones.

En los Países Bajos se ha tomado un enfoque alternativo. A pesar de su posición vulnerable a nivel del mar, no cuenta con seguro contra inundación disponible de manera general. En su lugar, este país se ha enfocado en construir una sólida infraestructura de protección contra las inundaciones.

Las inundaciones recurrentes requieren más que mejores arreglos de seguro. Quizá importen más las presas y diques.

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