Según un documento elaborado por el gobierno del presidente Donald Trump, un acuerdo comercial modelo tiene 24 elementos. El segundo en la lista es "reducción del déficit comercial", dando un indicio de por qué Trump quiere revisar los acuerdos existentes de Estados Unidos. En enero, Sean Spicer, su secretario de prensa, dijo que el gobierno "reexaminaría todos los acuerdos comerciales actuales". Se dice que está en preparación una orden presidencial para hacer exactamente eso.

Estados Unidos se jacta de tener 14 acuerdos de libre comercio bilaterales y regionales. El presidente Donald Trump parece culpar a estos acuerdos del gran déficit comercial de Estados Unidos. La mayoría de los economistas no está de acuerdo, y lo ve como un reflejo de los desequilibrios macroeconómicos. Los acuerdos son, en cualquier caso, con países que representan solo dos quintas partes del comercio bilateral en productos de Estados Unidos, y menos del 10 por ciento de su déficit de comercio de bienes. Aproximadamente 77 por ciento del déficit de Estados Unidos se origina en el comercio con China, la Unión Europea y Japón. Ninguno tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Centrarse en los déficits comerciales significa que los acuerdos menores como los de Jordania y Omán no enfrentarán mucha presión. El TLCAN, el acuerdo con México y Canadá, y el KORUS, aquel con Corea del Sur, enfrentarán más escrutinio debido a los enormes déficits estadounidenses con estos países. Israel es el siguiente infractor de déficit comercial más grande, pero parece poco probable que Trump ataque a ese acuerdo, el más antiguo de Estados Unidos.

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Una revisión de los acuerdos comerciales difícilmente es revolucionaria. Los más recientes, como el KORUS, tienen comités permanentes dedicados a monitorearlos. Tanto el gobierno mexicano como el canadiense han aceptado que el TLCAN debería ser actualizado para cubrir cosas como el comercio electrónico. Vieron al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), acordado en el 2016 por los tres del TLCAN y otros nueve países de la Cuenca del Pacífico pero luego tirado por la borda por Trump, como parte de ese proceso.

El año pasado, expertos en la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos publicaron una evaluación de los acuerdos comerciales de Estados Unidos de 373 páginas y basada en evidencias. Concluyó que eran positivos, pero no transformadores, elevando el PIB en 0,2 por ciento en el 2012 y, en el 2014, ahorrando a los consumidores 13.000 millones de dólares a través de aranceles más bajos.

La comisión también estimó que cada uno de los acuerdos comerciales de Estados Unidos ha tendido a mejorar el equilibrio comercial bilateral. Sin el TLCAN, estimó la comisión, los déficits en bienes con Canadá y México serían más grandes en alrededor de 3 por ciento del comercio bilateral total. Los acuerdos comerciales tienden a reducir los aranceles de otros países más que los estadounidenses. Por tanto, es poco claro cómo analizar los acuerdos comerciales logrará el objetivo del presidente Donald Trump de reducir el déficit comercial.

Otros tienen una preocupación diferente. Se supone que con los acuerdos comerciales deben ganar todos, y se debe convencer de las concesiones nacionalmente en ambos lados.

Como señaló Michael Froman, representante comercial del presidente Barack Obama: "Otros países también tienen políticas".

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