"Todos tenemos una segunda oportunidad. Pero tenés que luchar por tu vida", dijo Victoria López, una joven de 21 años, que hace cinco años luchó contra un cáncer de ovario en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan). Con apenas 16 años y una niña en brazos, la entonces adolescente llegó hasta el nosocomio buscando ayuda, y hoy, cinco años más tarde, regresa sana, para hacerse los controles.
Su tratamiento lo hizo en el departamento de Hemato-Oncología Pediátrica, donde a los médicos y enfermeras considera una familia más. "En el Incan gané una familia más, que son los médicos y enfermeras de Oncología Pediátrica. Porque gracias a ellos salí adelante, me curé y valoré muchas cosas. Especialmente, valoré mi vida. Me puse más las pilas para luchar por mi bebé; porque mi hija Sara tenía sólo un año y un mes cuando comencé a enfermarme", recordó.
Además del Incan, cientos de niños realizan sus tratamientos en el Hospital Pediátrico Niños Mártires de Acosta Ñu, donde se cuenta con un ala exclusivo para los niños oncológicos. Allí también funciona una escuela y albergue, para apoyar a los chicos en edad escolar que siguen su tratamiento en el sitio.
Asimismo, en el Instituto de Previsión Social, al menos 5.000 niños por año realizan tratamientos oncológicos. Cada año, el cáncer en niños va en aumento. Tras haber vencido a otras enfermedades con la ayuda de las vacunas, hoy en día el cáncer es la segunda causa de muerte en niños mayores de cinco años, explicó la doctora Angélica Samudio, del Hospital de Clínicas. Indicó que si bien son varios los tipos que afectan a los menores, la leucemina y los linfomas son los más recurrentes.
No obstante, indicó que hoy en día, la sobrevida en los pacientes de leucemia es del 75%, una cifra bastante importante comparando la de años anteriores. "Hoy en día no tenemos pacientes que abandonan el tratamiento, nosotros les buscamos y así terminan y se curan", indicó.