Buenos Aires, Argentina. AFP.

"Usted paga cuatro veces más de lo que yo recibo por cultivar mi verdura. ¿Le parece justo?", preguntó Teresa a la AFP, mientras cientos de pequeños productores realizaban el "verdurazo" en la Plaza de Mayo de Buenos Aires regalando 20.000 kilos de verdura fresca. Llegó desde Tarija (Bolivia) en el 2006 para trabajar la tierra en una huerta familiar de las afueras de Buenos Aires y pide "que salga al fin la ley para poder ser dueña de un pedacito de tierra".

A sus 30 años, hace una década que cuida de sus verduras en Florencio Varela, una zona de fincas de las afueras de Buenos Aires de donde sale el grueso de las frutas y hortalizas que se consumen en la capital.

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"Pagamos al mes 7.000 pesos la hectárea (450 dólares) por alquilar la tierra. Si nos inundamos y lo perdemos todo, el dueño igual quiere su paga", explica. En la huerta trabaja junto a sus tíos, sus ocho primos, sus cuatro hermanos, sobrinos y una abuela, todos bolivianos como la mayoría de sus vecinos.

"El trabajo es duro y las cosas se han puesto peor. Cada vez producimos más pero somos más pobres porque se encarece todo", explica con una sonrisa de piezas ausentes.

Hace siete meses los pequeños productores organizados en la llamada Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) presentaron al Congreso un proyecto de ley para acceder a la propiedad de la tierra mediante la ayuda del Estado con créditos blandos. Fue el corolario de otro "verdurazo" de protesta.

También piden asistencia para organizarse en cooperativas de menudeo y apropiarse de parte de la renta que hoy se llevan intermediarios.

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