Londres, Reino Unido. AFP.

La primera ministra británica Theresa May pidió ayer unidad a su pueblo al iniciar una salida de la UE que tildó de irreversible, y que pondrá a prueba las costuras europeas y británicas. "Ha llegado el momento de unirnos y trabajar juntos para lograr el mejor acuerdo posible", afirmó en un discurso en el Parlamento, minutos después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recibiese en Bruselas la carta británica que notifica formalmente la salida. "Es un momento histórico sin vuelta atrás", sentenció May.

Tusk le replicó casi de inmediato: "no hay razones para pretender que es un día feliz", y la jefa de gobierno alemán echó el primer jarro de agua fría al rechazar negociar un acuerdo de libre comercio al mismo tiempo que el divorcio, como May pidió en su carta. "Antes habrá que clarificar en las negociaciones como desligar las estrechas imbricaciones" entre la UE y el Reino Unido, dijo Merkel.

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Al término de dos años de negociaciones, en marzo del 2019, la UE habrá perdido a un miembro del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia nuclear, y habrá ganado, a su pesar, un ejemplo que otros sentirán la tentación de seguir. A su vez, el Reino Unido podría perder a Escocia e Irlanda del Norte si el descontento de ambas con el Brexit acaba en independencia.

Así, la Casa Blanca expresó su deseo de que el Reino Unido "se mantenga como un líder fuerte en Europa", declaró su portavoz, Sean Spicer.

En su carta a Tusk, May aludió en once ocasiones a los intereses compartidos en "seguridad" y a la aportación británica en este campo, vislumbrándose como una de las cartas de Londres en las negociaciones.

UNA FACTURA MILLONARIA COMO DESPEDIDA

Los mandatarios europeos tienen previsto establecer sus grandes líneas de negociación el próximo 29 de abril en una cumbre en Bruselas, sobre la base de la propuesta que Tusk les presentará antes del viernes. Las negociaciones propiamente dichas empezarán a finales de mayo, principios de junio, y el primer cara a cara entre May y los líderes de los 27 será el 22 de junio.

La cuestión que protagonizará el inicio de las conversaciones será la factura a pagar por el Reino Unido. Aunque todavía no hay cifra oficial, se estima que los compromisos presupuestarios adquiridos por Londres ascienden a hasta 60.000 millones de euros (US$ 64.000 millones). El ministro de Finanzas, Philip Hammond, admitió a la BBC que habrá que pagar –"no se puede tener todo"– pero discrepó sobre el monto, atribuyéndolo a una estrategia: "después de todo, esto es una negociación".

Se muere el sueño de Churchill

El ingreso británico a la UE se produjo en 1973 tras dos negativas del presidente francés Charles de Gaulle, que estaba convencido de que los británicos eran unos europeos reticentes que iban a actuar como caballo de Troya de Washington.

El Reino Unido prosperó económicamente como miembro, moldeó el bloque y le arrancó concesiones: se le permitió quedarse al margen del euro y del espacio Schengen, obtuvo la creación del mercado único, la ampliación del bloque a los países del Este y que se le reembolsara dinero del presupuesto agrícola, al famoso grito de Margaret Thatcher "quiero que me devuelvan mi dinero". Todo ello no bastó para acabar con la percepción, entre parte de la prensa y el público, de que Bruselas era un nido de burócratas empeñados en subyugar a las instituciones británicas con regulaciones caprichosas, como el tamaño de las bananas.

REACCIÓN

"Proponemos acuerdo comercial ambicioso"

THERESA MAY- PRIMERA MINISTRA BRITÁNICA

La primera ministra británica Theresa May instó a la Unión Europea a "trabajar duro" para alcanzar un acuerdo comercial "audaz y ambicioso", en la carta que dirigió a Bruselas para notificar la salida británica. En la misiva, May reclama a la UE que en los dos años de negociaciones se fijen tanto los términos de la separación como los de la nueva relación, pero sus socios europeos ya advirtieron que el acuerdo comercial tendrá que esperar.

"Un fracaso en alcanzar un acuerdo significaría que nuestra lucha contra el crimen y el terrorismo se vería debilitada", advirtió May en la carta que supone el principio del fin de 44 años de relación.

Al mismo tiempo, "creemos que es necesario acordar los términos de nuestra futura alianza junto a los de la retirada de la UE", escribió May.

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