Washington, Estados Unidos | AFP, por Francesco FONTEMAGGI.

Donald Trump debería anunciar el viernes el retiro del respaldo al acuerdo histórico alcanzado con Irán en materia nuclear, una decisión con consecuencias inciertas para sus lazos con Teherán y sus aliados europeos.

"Es el peor acuerdo", reiteró el miércoles el presidente estadounidense, quien criticó "la debilidad" de la administración demócrata de Barack Obama frente a Irán.

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Al poner en entredicho el tratado, en nombre del interés nacional y su eslogan "Estados Unidos primero", Trump daría un nuevo zarpazo al multilateralismo, tras el retiro de Washington del acuerdo sobre el clima y de la Unesco.

Y aunque el gobierno de Trump hace la salvedad de que "Estados Unidos primero" no significa "Estados Unidos solo", Washington se arriesga a quedar aislado, pues los otros signatarios defienden el acuerdo firmado en 2015 en Viena.

Una ley estadounidense obliga al presidente a "certificar" o no ante el Congreso, cada 90 días, que Teherán respeta el acuerdo y que éste es del interés de Estados Unidos. Trump anunciará su decisión a las a las 12H45 (16H45 GMT), informó la Casa Blanca.

Todo indica que esta vez, el millonario republicano se va a negar a "certificarlo".

El acuerdo fue logrado por Irán y seis potencias (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania) para garantizar el carácter exclusivamente civil del programa nuclear iraní, a cambio de un levantamiento de sanciones. La agencia internacional de energía atómica (AIEA) ha confirmado contantemente el respeto de los iraníes a sus compromisos.

Pero Trump prometió "destruir" ese texto porque Irán, dice, es un "Estado paria".

Los aliados de Estados Unidos no se han convencido con el argumento de que el acuerdo, exclusivamente centrado sobre lo nuclear, fracasó al dejar a Irán libre para desarrollar misiles balísticos y apoyar a grupos armados que "desestabilizan" los países vecinos, un argumento que también esgrime el gobierno israelí.

"Mezclar todo significa poner todo en riesgo", dijo una fuente diplomática francesa a AFP. "La amenaza existencial para el mundo es la bomba. El acuerdo nuclear no está ahí para resolver los problemas del Líbano", añadió.

Trump ya "certificó" -de mala gana- el acuerdo iraní dos veces desde que llegó a la Casa Blanca.

Pero el viernes se espera que el mandatario presente una "estrategia" más amplia para contrarrestar la influencia iraní en Medio Oriente: ya Washington sancionó su programa balístico, acaba de anunciar nuevas medidas contra el grupo libanés Hezbolá, apoyado por Teherán, y según versiones una de las opciones sería designar a los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite iraní, como "organización terrorista".

Teóricamente, la decisión de "no certificación" no sepultaría automáticamente el acuerdo, como han subrayado en semanas recientes altos funcionarios estadounidenses.

De hecho, una "no certificación" pasa la pelota al Congreso estadounidense: los legisladores tienen 60 días para decidir si vuelven a imponer las sanciones levantadas en 2015. Un regreso de las sanciones sellaría, eso sí, la muerte del acuerdo.

Horas antes del anuncio de Trump, Tillerson telefoneó este jueves a sus homólogos francés, chino, británico y ruso, para "hablar un poquito sobre la decisión" estadounidense, indicó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Los detractores del acuerdo esperan que esta nueva fase permitirá convencer a los europeos de renegociarlo para hacerlo aún más estricto. Pero París, Berlín y Londres, cuyas empresas empezaron a reinvertir en el mercado iraní, descartan toda posibilidad de reabrir los debates sobre el texto mismo.

Más allá de lo que decida el Congreso, se espera que tan solo la decisión anunciada por Trump abra un periodo de turbulencias.

Los defensores del acuerdo sostienen que la voluntad de Washington de poner en riesgo un pacto que se firmó hace apenas dos años sería un terrible mensaje para Pyongyang, -bajo presión internacional por su programa nuclear y misilístico- que concluiría que es inútil dialogar con Estados Unidos.

"No habría consecuencias más catastróficas para la paz con Corea del Norte que retirarse del acuerdo con Irán", escribió recientemente Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional bajo Obama.

¿Qué harán los legisladores estadounidenses? "Es nuestra preocupación, reconocía un diplomático occidental.

El senador demócrata Chris Coons advirtió que una "no certificación" podría ser "malinterpretada" por los aliados de Washington. "Es un periodo de alto riesgo", estimó.

La reacción de Teherán será también observada cuidadosamente. El jefe de su diplomacia, Mohamad Javad Zarif, dijo en septiembre que la decisión iraní dependerá "de cómo reaccionarán los europeos".

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