"Hoy se conmemoran 32 años del sismo más grande de México por lo que teníamos programado un simulacro de evacuación. Entonces pudimos evacuar rápidamente cuando empezó el verdadero terremoto", explica la Dra. Giselle en contacto con La Nación.

La Dra. menciona que los edificios del centro y escuelas sufrieron daños, ya que sucedió en horario laboral y de clases. "Donde vivimos cayeron edificios, pero como hay alerta sísmica, la gente se refugió en los lugares indicados", explica.

El año pasado eran 5 los enviados por BECAL, pero este año solo quedan Giselle y su esposo. "Esta vez fue muy duro porque ni servicio telefónico hubo, por casi cinco horas, y tampoco tuvimos luz ni agua", lamenta, mencionando su esperanza de que no haya réplicas.

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