Teherán, Irán. AFP.  Por Stéphane BARBIER y Ali NOORANI

El presidente iraní Hasan Rohaní fue reelegido este sábado con el 57% de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y poco después comenzó a ser presionado por Estados Unidos, enemigo de Irán desde hace 40 años.

Su adversario, el conservador Ebrahim Raisi, recabó el 38% de los votos, según los resultados oficiales difundidos por el ministerio de Interior.

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Esta nueva victoria refleja que una mayoría de los iraníes aprueba la política aperturista de este líder de 68 años, empezando por el histórico acuerdo sobre el programa nuclear de Teherán, cerrado en julio de 2015 con seis grandes potencias, entre ellas, Estados Unidos.

Desde Arabia Saudí, gran rival de Irán en Oriente Medio, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, acusó de nuevo a Teherán de apoyar el "terrorismo" y criticó sus ensayos de misiles balísticos.

"Espero que Rohaní (…) ponga en marcha un proceso de desmantelamiento de la financiación de la red terrorista de Irán" y que "ponga fin a los ensayos de misiles balísticos", declaró Tillerson, que acompañó al presidente Donald Trump a Riad.

El jefe de la diplomacia estadounidense agregó que los megacontratos de defensa firmados por su país y Arabia Saudí, anunciados durante esta visita, persiguen contrarrestar la "maligna influencia iraní" en la región.

Las advertencias de Washington se produjeron justo después de una declaración televisada de Rohaní tras su reelección, en la que afirmó que "el pueblo iraní quiere vivir en paz y en amistad con el resto del mundo, pero no acepta la amenaza y la humillación".

Con su voto, "nuestro pueblo ha declarado a los países vecinos y a toda la región que la vía para instaurar la seguridad es el refuerzo de la democracia, no apoyarse en potencias extranjeras", dijo el presidente iraní.

‘Larga vida a Rohaní’

En Teherán, miles de personas se congregaron al caer la tarde en varios lugares para expresar su alegría, según periodistas de AFP sobre el terreno. "Gracias, Irán", "Vivan las reformas", "Larga vida a Rohaní", clamaban con fervor.

Eran jóvenes en su mayoría, chicos y chicas mezclados que se declaraban "felices" con la victoria de Rohaní.

Durante la campaña, Rohaní pidió el voto a los iraníes para poder seguir con sus reformas internas y su política de apertura internacional.

El guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, más próximo a su rival Ebrahim Raisi, pidió a Rohaní y a su futuro Gobierno "tener como prioridad a las personas desfavorecidas, las zonas rurales y pobres, así como la lucha contra la corrupción".

Elegido en 2013, Rohaní pasó la mayor parte de su primer mandato negociando un acuerdo histórico con seis grandes potencias, incluyendo Estados Unidos, enemigo de Irán desde la revolución islámica de 1979.

A cambio de un levantamiento parcial de las sanciones internacionales que afectan a Irán desde hace cerca de diez años, Teherán se comprometió en julio de 2015 a limitar su programa nuclear a fines estrictamente civiles.

Pero el acuerdo no ha atraído a tantos inversores extranjeros como se esperaba y no ha tenido impacto en la vida cotidiana de los iraníes, afectados por un desempleo de 12,5% de la población activa y de 27% entre los jóvenes.

En cambio, el pacto ha permitido que Irán regrese a la escena internacional.

Al felicitarle, la Unión Europea animó al mandatario a continuar con su política aperturista.

En la misma línea, Reino Unido y Francia también felicitaron a Rohaní, elogiando la alta participación pero también instándole a seguir apoyando el acuerdo nuclear.

Violación de las libertades

El amplio resultado obtenido le permite a Rohaní tener más margen de maniobra, e incluso extender esta apertura a la sociedad iraní, donde se siguen violando muchas libertades.

Aún así, todas las decisiones que se hagan en este sentido deben contar con el aval del guía supremo, del poderoso poder judicial controlado por los conservadores y, en ciertos casos, de los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite.

Los comicios se celebraron dos días después de la decisión estadounidense de renovar la limitación de las sanciones contra Irán, conforme al acuerdo nuclear de 2015.

No obstante, la desconfianza entre Teherán y Washington persiste y la administración estadounidense sigue imponiendo sanciones relacionadas con el programa de misiles balísticos iraní.

La victoria de Rohaní fue aplaudida por el presidente ruso, Vladimir Putin, un aliado de Irán. El presidente sirio, Bashar Al Asad, cuyo mantenimiento en el poder tras seis años de guerra le debe mucho al apoyo de sus aliados ruso e iraní, también le felicitó.

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