• POR DIANA KANDER

Vivimos en una cultura del "sí". No queremos decepcionar a nuestros jefes, colegas, familia y amigos, así que decimos que sí tanto como podemos. Muchas veces, decimos sí cuando deberíamos decir no.

No hay nada malo con querer agradar. De hecho, estamos diseñados para eso. Sin embargo, cuando las personas tienen miedo de rechazar proyectos que no son indispensables, las buenas ideas se asfixian.

Toda compañía está en una carrera de valor. No solo tiene que crear valor para sus consumidores, sino que también debe hacerlo antes que alguien más lo haga. Lograrlo requiere la habilidad de decirle sí a las ideas verdaderamente grandes, y, más importante, decirle no a todas esas buenas ideas que simplemente no son lo suficientemente buenas.

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He aquí cómo cultivar esa mentalidad en su organización.

-Establezca un sistema de evaluación de valor: en lugar de decirle sí o no a un proyecto, califique todas las nuevas iniciativas en una escala del 1 al 10. Pídale a cada departamento que cree una lista de criterios para calificar las nuevas oportunidades. La próxima vez que un ejecutivo le pida al equipo cambiar el curso, puede medirse con base en esos criterios.

-Ponga atención a las señales de alerta: solo porque la idea suena bien o lo hace sentir inspirado, no significa que se traducirá al mundo real. Los "indicadores cruciales" ayudan a asegurar que su idea tenga éxito, al registrar las mediciones que respondan dos preguntas: ¿Cuándo sabremos si esto no funciona, y cómo lo sabremos? La mayoría de las organizaciones siguen sólo las mediciones de éxito, números que le dirán qué tan bien les fue después de un proyecto. Usualmente ignoran importantes señales de advertencia antes de que hayan gastado todos sus recursos y perdido la oportunidad de hacer ajustes.

-Celebre el decir que no: es fácil decirle que no a los malos proyectos e ideas. Cuando aprende cómo decirle que no a las buenas ideas que no son lo suficientemente buenas, puede abrirse a oportunidades realmente grandes. Usando el sistema de evaluación de valor previamente descrito, le digo que no a cualquier cosa que califique por debajo de siete. Aliente a sus departamentos e integrantes del equipo a determinar sus límites, y observe cómo eso cambia la calidad de sus resultados. Deles crédito a las personas y reconózcalas por las grandes ideas que aprueban, pero también por las ideas mediocres que dejan pasar.

-Recompense la iniciativa: si un empleado propone un concepto viable e interesante, déjelo trabajarlo. Algunas veces, los mandos medios y los empleados son las personas correctas para detectar problemas y plantear soluciones creativas para un producto o flujo de trabajo.

La habilidad más importante que cualquier líder –y cualquier persona, en realidad– puede aprender es cómo y cuándo decir no. Cuando sea capaz de rechazar confiadamente oportunidades que no generan valor, tendrá el tiempo y los recursos para decirle sí a aquellas que lo generan. Estas son las ideas que van a revolucionar a su compañía y cambiar al mundo.

(Diana Kander es una autora e instructora de innovación que ha estado en la lista de los más vendidos del New York Times).

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