ROBERT C. WOLCOTT

¿Alguna vez ha querido hacer explotar a la burocracia en su organización? Eso fue lo que hicieron los fundadores del Santa Fe Institute, en Santa Fe, Nuevo México. Fundado en 1984 por científicos, incluyendo cuatro premios Nobel, el SFI es una de las instituciones de investigación líderes en el mundo, pero no se asemeja a ninguna universidad. Nacido en parte debido a la frustración con las tradicionales burocracias universitarias, el SFI no tiene departamentos, no tiene jerarquías formales y no tiene empleos permanentes.

Dirigiendo este trabajo transdisciplinario está el presidente del SFI y genetista evolucionario David Krakauer.

Quería saber cómo Krakauer dirige una organización salvajemente creativa y altamente efectiva. Seis cosas que me comentó pueden ser transferibles a los líderes de cualquier organización:

1. Véase a usted mismo como “un coronel con un ejército de generales”. La humildad es un prerrequisito esencial para un líder que está en medio de una marea de talento. “Dirija con el ejemplo y defina un tono”, alentó Krakauer. “Los grandes talentos deben estar inspirados para ser parte de su organización”.

2. No valorice el fracaso. Pocas personas brillantes se motivan realmente con el prospecto de fracasar. En lugar de celebrar el fracaso, necesitamos reencuadrar el desafío. “Aquí celebramos el éxito. También celebramos experimentos,” explica Krakauer.

3. Aliente la imprudencia inteligente. Todos nosotros tenemos una idea loca de vez en cuando. Probablemente deberíamos compartirla más a menudo. Krakauer le aconseja a los líderes que creen oportunidades donde se aliente que las personas compartan sus ideas “temerarias”. Con esta expectativa, tenderán a surgir muchas más nuevas ideas.

4. La organización debería ser un crisol, no una cuna. Alentar el debate riguroso y constructivo es indispensable para navegar los desafíos de alta incertidumbre, desde el extender los límites del conocimiento hasta el escalar una empresa. La discusión es “la forma en que llegamos a entender las cosas”, señala Krakauer, un crítico duro y contencioso, que ve el rol del SFI como un crisol, un lugar donde las ideas se ponen a prueba.

5. Busque prácticas “estúpidas” tanto como busca las mejores prácticas. “Tenemos a cientos de organizaciones investigando inteligencia. ¿Por qué no tenemos al menos a algunas investigando la estupidez?”, pregunta Krakauer. “Después de todo, la estupidez está en el corazón del porqué y cómo las cosas salen mal”. Cualquier persona que opere en una gran empresa siente la verdad de esta ocurrencia de Krakauer. Superar la estupidez colectiva en forma constante es una labor de los líderes en toda organización.

6. Persista. Al inicio de su carrera, Krakauer tenía serias dudas respecto a qué tan lejos podrían avanzar sus estudios sobre la teoría de la complejidad, pero persistió. Él me dijo que perseveró debido a la “curiosidad, un deseo de entender el universo… Empujando los límites de lo que puede entenderse en un nivel fundamental”. Ese también es un buen consejo para los líderes. En los días en los que nada sale bien, enfóquese en la persistencia. Si la visión y el propósito son sólidos, quizá llegue más lejos de lo que pensó que podría.

(Robert C. Wolcott, Ph.D., es profesor clínico de innovación y emprendimiento en la Kellogg School of Management en Northwestern University y cofundador y director ejecutivo de la Kellogg Innovation Network).

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