EMMA SEPPALA Y JENNIFER STEVENSON

Todos hemos experimentado un colapso comunicacional. Quizá su agenda no se cumplió en la forma que esperaba. Para cuando se alejó de la conversación, podría haber cortado la tensión con un cuchillo. La conversación pesó mucho en su mente, añadiendo más estrés a su carga de trabajo. Para algunas personas, puede tomar mucho más tiempo y esfuerzo recuperarse de un rompimiento en la comunicación que el haberlo evitado en primer lugar.

Nuestra investigación sugiere tres cosas que puede hacer para evitar rupturas en la comunicación.

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-Esté (realmente) presente: Considerando nuestros ocupados calendarios y todos los mensajes y correos electrónicos, algunas veces no estamos presentes con las personas que se encuentran frente a nosotros. Para ayudarlo a mantenerse presente en una junta o conversación, aléjese de su computadora y ponga su teléfono en modo de avión. Incluso mejor, deje su teléfono en el escritorio. Si tiene un momento o dos antes de la reunión, en lugar de tratar de enviar algunos correos electrónicos adicionales, medite o haga algunos ejercicios relajantes de respiración.

-Escuche más: Sea genuinamente curioso e interesado en lo que se dice, incluso si inicialmente no lo está. Póngale atención a las señales: ¿la persona pasa mucho tiempo en un punto en particular? ¿Se pone más animada en puntos específicos y menos en otros? Escuchar más y con curiosidad le brinda valiosos aportes para encuadrar su respuesta y navegar la conversación. Puede ayudarlo a sintonizar los temas que apasionan a su colega. Conocerlos lo ayudará a entender su perspectiva y llegar a un acuerdo que cumpla con las necesidades de todos. Desde este lugar de escucha activa, su conversación avanzará más constructivamente.

-Sea abierto: La comunicación involucra el intercambio de puntos de vista, algunas veces posiciones opuestas. A menos que abra su mente a la perspectiva del otro, puede ser difícil encontrar terreno común. Encontrarlo requiere que escuchemos para verdaderamente considerar la posición de alguien. En ocasiones el tener mente abierta podría requerir estar dispuesto a que le demuestren que está en un error. Mientras alguien habla, fíjese: ¿ya está pensando acerca de su respuesta? ¿Ya ha interrumpido? Esté abierto a la perspectiva de otra persona. Si le preocupa no tener la respuesta perfecta, siempre puede decir: "No lo he pensado de esa forma antes. ¿Me puedes dar más o menos un día para analizarlo?".

Con el paso del tiempo, escuchar abierta y atentamente ayuda a cultivar la confianza. Esto contribuye a una idea de seguridad psicológica, que se ha descubierto que es la clave para equipos exitosos. La habilidad de tomar riesgos y alzar la voz puede ser la diferencia entre impedir un error o aprender de uno. Al final, todos se benefician.

(Emma Seppala es la directora científica del Center for Compassion and Altruism Research and Education en Stanford University y autora de "The Happiness Track". Jennifer Stevenson es la vicepresidenta de servicios a clientes y facultad en TLEX, Transformational Leadership for Excellence).

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