Amy Gallo

En enero, como muchos profesionistas, reflexioné acerca de lo que quería lograr en el 2017. Traté de mantener mi lista de metas corta y enfocada, pero entré en el año con muchos pendientes. ¿Cómo voy a hacer espacio para atender estas nuevas cosas? Aquí es donde una habilidad importante entra en juego: decir que no.

He aquí algunas estrategias para rechazar la invitación de un colega:

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-Evite una reacción sobre la marcha. Si ya está trabajando a máxima capacidad, podría estar tentado a rechazar cualquier solicitud. Sin embargo, por su propio bien, es útil pensar sobre cada una. Cuidadosamente sopese los costos, no solo su tiempo y esfuerzo, sino también el costo de oportunidad. Compare la solicitud con sus prioridades, para ayudarlo a tomar una buena decisión y desarrollar una razón del por qué está diciendo no.

-Recuerde que le está diciendo "no" a la solicitud, no a la persona. Haga que esto quede claro al expresar respeto por su colega o simplemente al ser cortés. Reconozca el impacto que tiene su negativa. Tenga empatía para la situación en la que se encuentra la persona que se lo solicitó.

-El "no" será mucho más fácil de aceptar si usted explica por qué no puede ayudar con la solicitud. Sin importar cuál sea su razón, sea honesto y directo. Si quiere mantener una relación positiva con la persona, también puede ofrecer ayudarla de una pequeña forma, sin asumir el proyecto entero. ¿Puede ayudarle a pensar quién más podría ser adecuado para la tarea o cómo comenzar? ¿Usted podría servir como caja de resonancia si esa persona asume el proyecto?

-Cuide su lenguaje corporal. Trate de mantener su voz equilibrada y estable, y no se inquiete. Si usted se disculpa en exceso o se muestra indeciso, alentará en su colega la esperanza de que puede hacerlo cambiar de opinión. Sea firme, pero amable.

-Ya sea que se trate de una solicitud cuyo rechazo requiere que usted acumule valor o que usted haya caído en la trampa de decir sí demasiado a menudo, ayuda el ensayar lo que va decir. Piense en cómo expresará empatía, explicará sus razones y se mantendrá firme. Usted también puede escribir lo que quiere decir y practicarlo. Considere prepararse para diferentes escenarios: ¿qué pasa si la persona revira o pide una versión distinta de la misma solicitud?

-Todo esto puede ser más complicado si usted tiene que decirle no a su jefe. Algunas veces tendrá que educarlo respecto a lo que implicaría decir que sí. ¿Se atrasará alguna otra tarea? ¿Deberá contratar a alguien para que maneje otro proyecto? Lo mejor es revisar sus prioridades junto con su jefe. Idealmente, podrá ayudarlo a hacer las compensaciones necesarias.

Decir no es más fácil para algunas personas que para otras, pero piense acerca de ello de este modo: decir no ahora es mucho más fácil que explicar más tarde por qué quedó mal.

(Amy Gallo es una editora que contribuye con Harvard Business Review y autora de la "HBR Guide to Dealing with Conflict at Work").

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