El arpista Ismael Ledesma retornó la semana pasada a Paraguay, para presentar el proyecto musical junto al músico Richard Durrant, con quien estuvo de gira en Gran Bretaña; para presentar dos discos (uno con Durrant, y otro solista), y para celebrar 35 años de carrera. Estos acontecimientos coincidirán el viernes 7 de abril, en el Centro Paraguayo Japonés.

¿Qué marca el inicio de esta trayectoria? "Fue el momento especial cuando yo llegué en Francia. Se me abrió la mente, porque yo salía de un mundo muy cerrado. En esa época, Paraguay estaba todavía bajo dictadura, y salir del país era como nacer de nuevo.

Entonces ese fue el punto de partida, cuando llegué a París me di cuenta que podía existir por mí mismo y luchar por lo que yo sabía hacer, que era tocar el arpa", respondió Ledesma.

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Herencia familiar

"Yo empecé a la edad de 5 años, con mi padre, que era arpista también, Raimundo Ledesma, aprendí el arpa con él", evoca Ismael, sobre su infancia, cuando vivía cerca de la entrada de lo que hoy es la Secretaría Nacional de Deportes, en Alas Paraguayas casi Eusebio Ayala. "Mis padres eran músicos activos en la época de los 50, 60. Luego mi padre falleció, y yo tomé su lugar en el grupo. Entonces siempre fui arpista de mi madre, hasta los 19 años. Así aprendí el arpa; empecé a ser autodidacta, prácticamente, no tuve maestros. Mi madre me tarareaba las músicas, y yo lo aplicaba en el arpa".

"En nuestro país yo no podía mostrar mi música porque nadie me escuchaba", explica Ledesma, sobre su decisión de buscar su propio destino en Europa. Ya tuvo antes invitación de tíos músicos para ir a Arabia Saudita, pero quiso primero terminar el secundario. A los 19 años, salió de Paraguay, con su arpa. "Fui a Alemania antes, me quedé un tiempito ahí, y no me sentía bien. Primeramente la lengua me parecía que no iba a aprender nunca".

Noche mexicana

"Fui contratado para tocar en un hotel, dos meses, y después mi tío Kike Lucena me invitó a ir a Francia, él me dio la mano, ya era músico allá, y fue gracias a él que tuve la acogida familiar en París, y ya el primer día que llegué, trabajé. Eso me motivó muchísimo; llegué en un momento en que yo necesitaba trabajar, y mi familia necesitaba de mí", relató.

Sobre su primer trabajo, dijo: "Recuerdo perfectamente: Fue en el 'Bateaux Mouches', es un barco que pasea por el río Sena. El tío mío, que se llama Rubito Lucena, tenía una presentación para animar una noche mexicana. De repente yo me encuentro con sombrero mexicano, con un cantante que dirigía eso, y estábamos los tres; yo novato, no sabía el repertorio de allá, pero mi tío me ayudó, y pasamos muy bien".

"Yo acompañaba, tímidamente, atrás. Y después tenía que tocar música paraguaya; porque en esa época no se daban cuenta si lo que hacíamos era mexicano o paraguayo o argentino, entonces pasaba", agregó.

Una vez en París, Ismael también accedió a una formación musical: "Soy un típico músico folclórico autodidacta, hasta los 19 años. Mi formación fue de oído, todo lo que yo recibía,

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