Los números oficiales dados a cono­cer en los últimos días van con­solidando la gran expectativa que había generado el sector de la maquila en el 2017. Según cifras del Banco Central del Paraguay (BCP), el crecimiento de las exportaciones bajo este régimen fue del orden del 40,4%, lo que supuso ingresos por unos 415 millones de dólares (a diferen­cia de los 313 millones de dólares del 2016). Además, los productos elaborados aquí fue­ron enviados a un total de 42 países. Guaris­mos descomunales para un segmento que apenas ha cumplido la mayoría de edad el año pasado.

Aunque los ingresos no son todavía muy importantes, no cabe duda que son de los más prometedores entre los rubros de expor­tación y uno de los ámbitos más dinámicos dentro de la economía local. Sin embargo, su importancia principal radica en que las maquiladoras son una fuente extraordinaria de empleo.

Desde su nacimiento, allá por el año 1997, el régimen de maquila ha pasado a constituirse en un puntal de las exportaciones, gracias a sus constantes ingresos, pero también ha respondido a las directrices para las cuales fue creado 21 años atrás.

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A través de este régimen, las empresas que trabajan en el sector importan materia prima sin aranceles, luego pasa por un pro­ceso de industrialización usando mano de obra local y luego se la reexporta como pro­ducto terminado al país de origen. La legisla­ción de nuestro país que lo ampara es suma­mente ventajosa para las empresas porque la tasa impositiva es baja y constituye un gran atractivo para que el capital foráneo aterrice.

La estadística oficial ratifica además que el sector no solamente está creciendo sino que se afianza cada vez más, a juzgar por la evolución de los ingresos. El valor de las exportaciones de la industria creció de 159,4 millones de dólares a fines del 2013 a 313,9 millones de dólares el 2016, lo que repre­senta un alza del 96,88%. Y no es que haya sido un aumento coyuntural, sino más bien constante, de año tras año, pues en el 2014 subió 57,1%, en el 2015, 11,6% y en el 2016 fue 10,2%.

Además del valor que tienen los envíos al exterior, no cabe duda que el efecto genera­dor de empleo es el gran aporte que da esta industria al crecimiento económico local. Las empresas maquiladoras dan en la actua­lidad trabajo a unas 13 mil personas, según cifras del Ministerio de Industria y Comer­cio. Y la perspectiva, en razón del impulso que experimenta el sector, es aún mucho mayor.

Además, hay que recordar que la contra­tación de personal para estas empresas tiene efecto sobre la formalización, pues los empleados de estas firmas se incorporan al seguro social y jubilatorio del IPS. Es decir, la persona no solo obtiene un puesto de tra­bajo sino que además está protegida por un sistema de salud amplio como el de la previ­sional.

Es un disparate mayúsculo el pensamiento de que el aporte de las maquiladoras es ínfimo en razón de los volúmenes de expor­tación y de que los empleos son de baja cali­dad. La contribución del sector no solamente es significativa sino especialmente sostenida y promete para los próximos años aún más progreso.

En definitiva, el régimen de maquila cons­tituye para el Paraguay una oportunidad de desarrollo, pero especialmente es una mag­nífica herramienta para impulsar y promo­ver una verdadera cultura de la exportación, y que además contribuya a generar ingresos para el Paraguay, así como la innovación y la incorporación de tecnologías.

De allí su importancia y de por qué el actual gobierno insiste en promover y facilitar el interés del capital que, en gran medida, pro­viene del exterior.

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