A esta altura de los tiempos, referirnos a la importancia de la participación activa de la ciudadanía en el cuidado de la salud comunitaria, podría sonar a reiterativo y hasta provocar un gesto de hartazgo.

Sin embargo, lo que nos resulta a primera vista tan obvio e innecesario, es lo que parece que como sociedad, estamos empeñados en repetir a diario. Como muestra más que evidente de esa porfía por desafiar a la lógica y a las consecuencias de nuestros actos, están a la vista de todos, las verdaderas tragedias que enlutan a familias paraguayas por los accidentes de tránsito, especialmente los protagonizados por motocicletas, cuyos conductores y pasajeros parecen salir con la intención de plantarle cara inútilmente a los peligros, con la consecuencia del riesgo y el dolor.

Así también, vale la pena insistir en otro aspecto de la salud pública que en estos momentos nos preocupan, ya que aparecen casos de dengue y zika, poniendo en riesgo a personas de todas las edades y ahora, de meningitis, que si bien tienen un origen y causa diferente, es una enfermedad que se presenta en esta época del año en nuestra región, con bastante puntualidad y generando mucha angustia y riesgo. En el caso de esta última patología, hay dos tipos principalmente y siempre se insiste en la importancia de la higiene de manos y en no dejar de consultar ante la aparición de los síntomas.

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Si miramos las consecuencias del dengue, zika y chikungunya, todas ellas transmitidas por el mosquito aedes aegipti: la fiebre, los dolores, malestares y las posibles internaciones y agravamientos de los casos, sabemos de antemano que estamos expuestos a padecerlos. Es una realidad que en esta región, el vector permanece todo el año, conviviendo en nuestros hogares, calles y baldíos. Y, en estos momentos, su incidencia se potencia a causa de la humedad, las lluvias y la ausencia de bajas temperaturas en forma sostenida por varias semanas. Es decir, su presencia se asegura en condiciones climáticas como las que atravesamos en estos momentos.

Repetir hasta el cansancio que es importante y vital que, antes de esperar la fumigación por parte del organismo de Salud correspondiente, prevenir la presencia de criaderos de larvas de aedes en nuestras casas, es la medida más importante y con resultados ciertos. Es tan obvio como verdadero decir que "sin mosquitos, no hay dengue, ni zika, ni chikungunya", que hasta nos puede sonar a broma.

Pero no es así. No lo es, cuando vemos que aparecen los primeros casos de microcefalia en bebés a causa de la presencia de zika en las embarazadas; cuando se complican los casos de dengue y exigen internación o algunas de estas enfermedades dejan secuelas dolorosas y son causantes de ausencias laborales, suspensión de proyectos y de asistencia a clases, por ejemplo.

Por eso, repetir y repetir a diario como una letanía la importancia de los diez minutos que la familia con todos sus miembros puede dedicar a diario a buscar y eliminar criaderos en sus casas, es muy importante. Así como lo es, que aprendamos a participar como comunidad, en nuestra cuadra, nuestro barrio y hasta nuestras ciudades, en campañas de limpieza y detección.

Hasta ahora, en todo el mundo en donde se ha combatido con éxito el dengue y otras enfermedades relacionadas al mosquito, siempre estuvo presente en primer lugar la comunidad. Siempre se triunfó, con el trabajo conjunto y el apoyo de los vecinos, que son el eje principal de la salud primaria de la comunidad. Por eso, vale la pena reiterar hasta el cansancio, que somos protagonistas principales en esta lucha y por ello debemos incorporar a nuestra vida diaria la rutina de limpieza de criaderos en casa y en cada barrio.

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