Existe una gran diferencia cuando se toma un determinado tema con una visión política cegada por el ánimo de enfrentamiento y con una realmente experimentada, sobre todo cuando se trata de aspectos del ámbito económico.

Mientras un sector político con evidente intención de poner el palo en la rueda del país sigue insistiendo sobre una supuesta ilegalidad de los bonos soberanos, expertos económicos valoran y resaltan lo que se ha logrado hasta ahora sobre el mismo tema. La gente es la que debe determinar quiénes analizan con la experiencia y conocimiento, y quiénes tomando elementos políticos.

Hay que señalar que, respecto al punto mencionado, prestigiosos analistas económicos califican como "buena noticia" la colocación de los 500 millones de dólares de bonos del Tesoro que logró el Paraguay en condiciones sumamente favorables. En ese sentido, destacan que a pesar de la tenaz oposición del Congreso para otorgar el aval en la emisión, en el mercado internacional existe una gran confianza en la economía paraguaya.

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En un interesante artículo publicado ayer en nuestro medio, se precisó que los economistas que coincidieron en aplaudir la gestión de los equipos del Ministerio de Hacienda y del Banco Central del Paraguay son los ex ministros de Hacienda Manuel Ferreira, César Barreto, además de los analistas económicos Ricardo Rodríguez Silvero y Pablo Herken.

Ferreira –señalaba el material– destacó además de la colocación de los bonos el interés evidenciado con la demanda. "Que exista mucha demanda sobre un bono emitido por el país es una noticia positiva. Esta situación demuestra que hay confianza hacia Paraguay más allá de los ruidos internos que pueda haber", sostuvo refiriéndose a las discusiones y cuestionamientos provenientes de un sector de la oposición. Añadió que si no existía ningún ruido político, seguramente "iba a ser mejor de lo que ha sido todavía la transacción". Y tiene razón, pero lamentablemente ese sesgo político atado a cuestiones electorales prima en determinados sectores.

El ex ministro Barreto también coincidió con su colega en que la demanda que tuvieron los bonos paraguayos, que superó los US$ 3.000 millones cuando que el Gobierno solo estaba buscando U$S 500 millones, es un gran indicador. "Es muy positivo, más aún considerando los ruidos que hay internamente al respecto, y las tasas de interés reflejan la cotización de los bonos paraguayos emitidos anteriormente, lo cual es razonable esperar", afirmó.

En tanto, Rodríguez Silvero destacó que el "buen status que tiene Paraguay en los mercados internacionales permitió tener una buena y rápida ubicación de sus bonos soberanos". Resaltó, además, que las tasas "no son muy altas, tampoco muy bajas y se van a poder pagar". A su vez, Herken dijo que "ahora el mundo nos reconoce e incluso nos premia", al resaltar la colocación de de los bonos a 10 años y una buena tasa de interés del 4,7% que "la consiguen países más ricos que el nuestro".

En esa misma línea de los expertos en economía, el presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), Carlos Fernández Valdovinos, declaró que los inversionistas extranjeros evidencian una alta valoración de Paraguay. "Esto significa que tenemos que darnos cuenta de que la gente afuera realmente nos valora, de que nos ven con muy buenos ojos y a pesar de que nosotros los paraguayos pensábamos diferente, con un cierto pesimismo", dijo.

Indicó que lo que más costó convencer a los inversionistas fue que acepten la asignación de unos bonos que estaban muy por debajo de la demanda que ellos tenían. "Ese fue el gran trabajo que tuvimos que hacer, porque existieron grandes fondos, acá no existieron los llamados fondos buitres, como quisieron instalar en el Paraguay que eso iba a ocurrir". La demanda fue 6 veces más al monto ofrecido en bonos, lo que Fernández Valdovinos puntualiza especialmente. "Uno ve otro tipo de inversionistas y también están atentos como para ir a llevar su dinero al país, invertir y con eso crear empleo, que es lo que le importa al común de los paraguayos", enfatizó.

Las dos visiones con experiencia –la de los ex ministros y economistas y la oficial del presidente del BCP– coinciden y refutan con argumentos los cuestionamientos de quienes están empeñados en desacreditar como sea lo que hasta ahora ha sido todo un éxito.

En un país en el que existen garantías de libertad de expresión cada quien puede sostener su postura, incluso sin argumentos como ya se ha vuelto una costumbre en el ámbito político. Pero, finalmente, siempre será la gente la que tendrá el poder de discernir quién dice la verdad y quién la mentira.

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