Muchos ciudadanos sueñan con abandonar las zonas ribereñas, vivir en un lugar donde la inseguridad y la falta de confort no sea la compañera diaria y que el capricho del río no destruya su hogar cuando sube de nivel. "Esta vez las historias de las familias tendrán un final feliz con una última mudanza", así describieron este momento de felicidad los beneficiarios del barrio San Francisco, que pronto verán su estilo de vida completamente transformada.
Griselda Dahiana Román Macareño, una joven de 25 años, quien anhela ser la más importante organizadora de eventos del nivel de Auda Roig, es una de las preseleccionadas. Manifestó estar muy agradecida con todas las personas que hicieron posible para que ella y su madre formen parte del grupo de familias que vivirán en el futuro complejo habitacional San Francisco, en Zevallos Cué.
"Agradezco de todo corazón al presidente Horacio Cartes y a la ministra de la Senavitat, Soledad Nuñez, por el compromiso que tomaron con nosotros. Vivo en el barrio San Pedro desde pequeña. Los políticos siempre nos visitaban en campaña electoral, vi y escuché muchas promesas que nunca se cumplieron y esta es la primera vez que un presidente cumple lo que dice", expresó agradecida Griselda.
Recordó que desde pequeña hizo con su mamá empanadas para vender y así sostener los gastos de estudios y terminar la escuela y el colegio. Manifestó que no todos son iguales. "Quiero destacar que no todos somos haraganes, como la gente piensa. Hay quienes salimos todos los días a buscar nuestros sueños. Esas personas que hablan de nosotros no nos representan. Ellas son un sector que quiere seguir viviendo en la comodidad, sin pagar luz y agua", manifestó la joven.
PARA MIS NIETOS
Lilia Rosa Arzamendia, de 46 años años, es una mujer luchadora que crió a sus hijos junto a su marido con mucho esfuerzo. Todos estudian una profesión y es abuela de preciosos nietitos. Con su nieta de ojos azules contó que ama su barrio La Chacarita. "Aquí me crié y amo este lugar, pero hay mucha delincuencia. Además, durante 3 años seguidos tuve que salir a causa del río, perdí muchas cosas y ya no voy a soportar una mudanza más. Por eso me animé y voy a aventurarme y esta será la última mudanza. En principio dudé, tuve mucho miedo, pero ahora ya no", dijo Lilia muy entusiasmada.