El ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Ramón Jiménez Gaona, solicitó a la Contraloría General de la República (CRG) una auditoría de control sobre el proceso de licitación y adjudicación de las obras del superviaducto a la empresa española Isolux para despejar toda duda con relación al caso. La solicitud fue presentada al contralor José Enrique García.

"Estamos abiertos a todo tipo de investigación que se quiera realizar para salvaguardar la transparencia, la honestidad y el patriotismo con que ha trabajado y trabaja este Gobierno y esta administración en particular", dijo en un comunicado el secretario de Estado. En una conferencia de prensa, el ministro desmintió las supuestas irregularidades en el proceso licitatorio con la empresa Isolux para la construcción de las referidas obras en la intersección de Madame Lynch y Aviadores del Chaco.

En el comunicado, el ministro aclaró que la empresa Isolux presentó la menor oferta en la licitación de la ruta Curuguaty-Villa Ygatimí-Ypehú, sin embargo, fue descalificada por cuestiones técnico-financieras.

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La obra tiene un costo aproximado de 52 millones de dólares, casi el doble que el superviaducto, según explicó el secretario de Estado, y agregó que la empresa se presentó en 6 licitaciones y ganó la más pequeña, por la descalificación de la primera oferta y en este caso, no se presentó ninguna protesta.

Además, detalló que el llamado superviaducto es una obra emblemática que tuvo un costo inicial estimado de US$ 23.700.000 al cambio actual (G. 135.000.000.000) y se construyó por US$ 21.800.000 (G. 124.210.752.193). La adjudicación representa un 9% menos que el precio estimado. No tuvo sobrecosto y se terminó en plazo. Es más, las modificaciones realizadas al diseño antes de su construcción demandaron mayor costo, que fue imputado al margen de ganancias de la empresa.

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