Se fue del Olimpia cuando acababa de cumplir 18 años, porque las temporadas 98 y 99 habían sido suficientes para que los grandes clubes de Europa se fijaran en él, siendo el poderoso Bayern Múnich el que acabó llevándoselo.

Durante 17 años jugó en tres de las cuatro grandes ligas del viejo continente (Alemania, España e Inglaterra), convirtiéndose en un auténtico embajador del fútbol paraguayo. No solo por su calidad deportiva sino por su personalidad intachable, hecho siempre destacado por cualquier personalidad que hablara de él.

Desde que se fue, Roque Santa Cruz dijo que un día volvería al Olimpia, y que lo haría sintiéndose aún útil para el equipo, lo que se produjo a mediados del año pasado, desatando la alegría y orgullo de toda la afición franjeada.

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Si bien Roque volvió con el deseo de devolverle al club algo de lo que le dio, los hinchas sintieron -y siguen- que es el Olimpia el que le debe un título local, una Copa internacional. Eso fue lo que más lamentaron este año, tras la temprana eliminación en la Libertadores.

Por eso fue que el gol convertido este domingo por Santa Cruz a Cerro Porteño, en el triunfo decano (2-0) fue tan celebrado que, más allá de las burlas al clásico rival, los hinchas se dedicaron a elogiar al delantero y llenarse de orgullo por el privilegio de aún verlo jugar.

Es que pasaron 18 años de la última vez que Roque celebró un gol ante el eterno rival, 19 de que lo hiciera en el campeonato local. Sin dudas, todo un privilegio para quienes estuvieron este domingo en el Defensores, y todavía mucho más para el propio Santa Cruz.

"Es mucho tiempo", dijo sonriente en la entrevista concedida a TigoSports. "Estoy muy feliz, la verdad que agradecido con Dios porque habíamos luchado mucho para tener una alegría así", agregó.

Pero, más allá de su actuación, Santa Cruz destacó que se vivió "una linda fiesta del fútbol. Fue un gran partido de ambos equipos" y deseó "que sea completa la fiesta y cada uno vuelva a su casa sin ningún incidente, que es lo que todos queremos".

A nivel deportivo, Roque reconoció dijo estar "muy feliz por el triunfo", que para el Olimpia "fue completito". "Sabíamos que necesitábamos ganar para seguir en la lucha. Hoy hicimos lo que hacía falta para ganar, así que estamos felices, porque trabajamos mucho", indicó.

Del trámite del juego explicó que "después de los primeros quince minutos le agarramos la mano y empezamos a equilibrar. El gol de Richard (Sánchez), un golazo, y con eso se abre el partido. No del todo porque el rival es bueno, pero fue el momento en que empezamos a encontrar más espacio adelante".

Siempre sincero

En otro momento, al preguntársele por la disputa del balón con Rodrigo Rojas, en donde el capitán azulgrana cayó al suelo y él aprovechó para habilitar a Sánchez, que acabó anotando, Santa Cruz respondió con absoluta sinceridad.

"De haber contacto hubo, no puedo decir otra cosa", comenzó diciendo. "Igualmente, el zapatazo de Richard fue increíble. Hubo un golazo y esa fue la forma en que se abrió el partido", reiteró.

Sobre su gol, indicó que esta vez le ganó en el duelo personal al arquero de Cerro Porteño, porque "en el partido anterior me había adivinado dos pelotas". "Hoy le gané un poco la mano a Antony (Silva), ya que (la jugada) era un penal más o menos por la forma en que se vino la jugada", agregó, confesando entre risas que "Julián (Benítez) dice que me vio, que me quiso pasar, pero yo creo que quiso chulear".

Sobre su manera de vivir el superclásico, en donde se lo vio dispuesto a dar entrevistas desde que llegó al Defensores, a diferencia de otros jugadores que pasaron de largo ante las cámaras, el futbolista de 35 años confesó que "hay veces que con la juventud, con las concentraciones, uno pasa por alto muchos detalles de lo que es la fiesta, a grandes rasgos".

"Uno, con los años empieza a disfrutar este tipo de partidos. Yo lo disfruté muchísimo, es una gran bendición para mí poder hacer un gol en un clásico, porque uno ya no sabe cual será el último", agregó para luego soltar una sonrisa y destacar, a continuación, el valor futbolístico del gol y la victoria.

"Significa también seguir en pelea, porque el objetivo final no es marcar un gol sino levantar el trofeo al final del campeonato", manifestó. "Nosotros tenemos que ganar todos los partidos de aquí al final, y no preocuparnos muchos de ellos", indicó en relación a Libertad y Guaraní, que están al frente de la tabla del torneo Apertura.

"Falta mucho, son muchos partidos, y por primera vez conseguimos una racha de dos ganados al hilo. Hay mucha confianza dentro de lo que estamos haciendo. La victoria de la semana pasada, por la forma en que se dio, da mucha confianza. Llegamos a los goles, el equipo se encontró muy sólido, lo que hace que el grupo se vea mejor", sentenció el goleador franjeado, que por último destacó a quienes dedica cada gol y triunfo.

"Primero está Dios, porque es un gran regalo marcar y todavía ganar. Después mi familia, que me acompaña y aguanta las ausencias y los días de entrenamiento, de fisioterapia, de concentración… Son los que más sienten el día a día", manifestó Roque Santa Cruz, el embajador a quien todos los franjeados sueñan con ver levantar una Copa en Olimpia.

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