• POR LANDON THOMAS JR.
  • AUSTIN, TEXAS.

El 9 de septiembre fue otro buen día para ganar dinero en Wall Street: subieron las acciones, las tasas de interés estaban por los suelos y el VIX, el índice que mide el miedo de los inversionistas, de nuevo tenía una tendencia descendente.

Sin embargo, mientras los inversionistas celebraban otra recuperación gracias a un desliz del mercado, Christopher Cole, un operador que maneja un fondo de cobertura en Austin, el cual apuesta a que habrá varias formas de apocalipsis financieros, vio algo entre la maraña de datos y códigos que decoraban el muro de pantallas que tenía frente a él.

"A simple vista, la volatilidad sigue siendo muy baja, pero el miedo va en aumento", señaló Cole, mientras arrastraba una tabla sobre una de sus seis ventanas de posiciones. En ella se podía ver que, en los meses posteriores al período de 30 días que mide el VIX (índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago), los inversionistas estuvieron esperando algún movimiento violento que sacudiera el mercado de valores.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Apostar en contra de un estallido de tal grado de confusión ha sido uno de los oficios más antiguos y que produce más ganancias en la historia reciente de las finanzas.

Cole, quien abrió Artemis Capital a inversionistas externos en el 2012, está tomando el lado opuesto, con el argumento apasionado de un verdadero creyente que asegura que esta calma en el mercado no puede durar mucho tiempo.

Al hacer lo anterior, hace un paralelismo con la crisis del mercado de valores de 1987, cuando los inversionistas se tranquilizaron de manera similar porque creían que no estallaría la volatilidad.

Hasta el momento, esas apuestas en contra del caos han resultado victoriosas.

Desde los operadores diurnos empotrados en sus salas de estar frente a computadoras portátiles hasta los inversionistas institucionales y sofisticados de todo el mundo, muchos han ganado montones de dinero apostando a que el VIX se mantendrá bajo.

Después de alcanzar su punto máximo de casi 90 al momento de la crisis financiera, hace poco tiempo el VIX se hundió en una baja que no se había visto en muchas décadas, apenas abajo de nueve, aunque en ocasiones ha habido mayores puntos máximos (el 13 de setiembre, fue de 10,5).

Ha habido varios factores que han ayudado a que suceda lo anterior, según los analistas. Entre estos se encuentran la excesiva impresión de dinero y la enérgica compra de bonos por parte de los bancos centrales de todo el mundo, así como la abundancia de inversiones negociadas en la bolsa, las cuales abaratan y facilitan la apuesta de la caída del VIX tanto para los profesionales como para los aficionados.

Actualmente, a tan solo un mes del 30 aniversario del lunes negro, cuando el indicador bursátil de Standard & Poor's 500 cayó 20 por ciento, Cole está esperando una calamidad similar, con base en una subida vertiginosa del VIX y una caída profunda de las acciones.

"El hecho de que todos se hayan incentivado a tener una volatilidad corta ha instaurado una estabilidad reflexiva: una falsa paz", afirmó Cole. "Pero si hubiera un tipo de sacudida del sistema, todos estos elementos autorreflexivos irían en la dirección opuesta y se convertirían en desestabilizadores en lugar de estabilizadores".

Augurar el fin del segundo mercado alcista más grande de la historia financiera moderna se ha vuelto muy atractivo, y con razón. No solo entre los inversionistas radicales que siempre están a la espera de una caída. Regularmente, las casas de Wall Street hablan sobre los mercados de valores sobrevalorados, y algunas voces dominantes como Lloyd C. Blankfein, el director ejecutivo de Goldman Sachs, han reflexionado en voz alta acerca de que "las cosas llevan demasiado tiempo yendo hacia arriba".

A Cole le gusta decir que Artemis Capital es un fondo de cobertura con un capital H. Esto quiere decir que en tiempos de fiebre por el mercado alcista, el fondo apostará a lo opuesto y ofrecerá protección a la baja para los inversionistas precavidos, encontrando maneras creativas de comprar exposición al riesgo de un caos financiero. Estas negociaciones conllevan la compra de una variedad de instrumentos derivados que pagan si hay un drástico pico ascendente en el VIX, lo cual causaría que las acciones cayeran de manera vertiginosa.

Recientemente, han aumentado de forma marcada los gerentes de carteras que buscan un fondo de cobertura de este tipo. Cole, quien empezó con 1 millón de dólares en el 2012, ahora tiene 200 millones de dólares, y la demanda ha sido tan grande en estos momentos que espera llegar pronto a los 300 millones de dólares, momento en que limitará el acceso.

En la actualidad, Cole, de 38 años, calcula que hay hasta 1,5 billones de dólares en dinero de inversionistas que se está apostando para que los mercados permanezcan más o menos como lo han hecho desde el 2009: sin volatilidad.

En esta cifra, asegura Cole, se incluyen cerca de 60.000 millones de dólares en fondos que son explícitamente cortos de volatilidad en sus múltiples formas. La mayor parte de esta cantidad se encuentra en fondos que despliegan estrategias donde la volatilidad es una aportación fundamental para distribuir la exposición al mercado de valores. Por lo tanto, mientras menor sea la volatilidad, mayor será la carga de estos fondos en las acciones.

Entre los que han estado apilando comercialización de valores inestables bajos se encuentran corporaciones, las cuales podrían recomprar casi 1 billón de dólares en acciones, calculan los analistas.

En 1987, los seguros de las carteras convirtieron un declive en el mercado en una derrota histórica, cuando los programas de computadoras vendieron mercados de futuros en un mercado en pánico, ausente de compradores dispuestos. Cole dice que este 1,5 billón de dólares en dinero de volatilidad corta puede tener un papel similar en la actualidad si el indicador del miedo alcanza su máximo rápidamente.

De pronto, los vendedores del VIX se convertirán en compradores del VIX, lo cual disparará el indicador y desplomará las acciones.

"En 1987, estábamos en un mercado alcista, y la Reserva Federal estaba muy cerca respecto de la inflación y las tasas de interés", afirmó Cole. "Lo que podría provocar una crisis ahora sería que de pronto las tasas se dispararan más alto, lo cual provocaría que al mismo tiempo hubiera un aumento en la recompra de acciones y después los vendedores de volatilidad se convertirían en compradores de volatilidad".

Dejanos tu comentario