• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA

Recientemente ha sido promulgada por el Poder Ejecutivo la ley de rehabilitación financiera-productiva a los pequeños y medianos productores agrícolas de nuestro país.

Dentro del contexto de la referida legislación se contempla la refinanciación de las deudas vencidas hasta junio de 2017 a un plazo de hasta 10 años, con 2 años de gracia y una tasa de interés del 8% p.a., a los productores con fincas que no superen las 30 Há y hasta un total de 25 salarios mínimos (aproximadamente G. 51 millones), lo cual les permitiría poder recomponer su actual situación económica-financiera como para que puedan seguir labrando la tierra.

También se incluye el beneficio de que adicionalmente a ello puedan a través del CAH acceder a nuevos créditos a un plazo de hasta 7 años de plazo, a una tasa de interés del 10% p.a. destinados a la cobertura de necesidades de cultivo y/o inversiones en bienes de capital, siempre y cuando se visualice un retorno positivo durante dicho periodo, y que las garantías que ofrezcan satisfagan los requerimientos del prestatario.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

También ya está aprobado y en pleno proceso de coordinación la distribución de kits de alimentos por un lapso de 90 días a los pequeños productores que fueron perjudicados por los fenómenos climáticos adversos que dañaron sus áreas de cultivo, agregándosele la provisión de insumos varios además de herramientas destinadas a sus áreas de cultivos.

Se estima preliminarmente que los beneficiarios serían del orden aproximado a 100.000 productores.

Hace poco también el MAG había realizado un relevamiento a nivel país, encontrando que hay unos 240.000 pequeños productores agrícolas en situación de vulnerabilidad económica, concentrados principalmente en los departamentos de Concepción, San Pedro, Caazapá y Caaguazú, además de otros sitios de nuestra geografía del interior de nuestro país.

También es de destacar que el Banco Mundial (BM) posee con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) un proyecto conjunto en plena ejecución conocido como PRODERS (Proyecto de Desarrollo Rural).

Además, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) se ha comprometido con el MAG a apoyar el Plan Maestro en el que se busca introducir nuevas prácticas agropecuarias orientadas a optimizar las áreas de cultivos de estos labriegos, con lo cual se estará construyendo y fortaleciendo la Cadena de Valor Productivo (CVP).

Hasta aquí todo bien. Pero algo que los técnicos del MAG deben concienciarse muy bien si se pretende alcanzar los resultados esperados y que puedan ser consistentes y sustentables en el tiempo, deben ser encarados en forma bien profesional, empezando por un análisis a full del estado de fertilidad de sus áreas de cultivos, variedades que están produciendo a la fecha, cómo se los podría diversificar, cuáles son los rendimientos promedios por hectárea obtenidos a la fecha, para dar las recetas técnicas que permitan incrementarlos, darles el apoyo logístico que precisan, como para que estos pequeños y medianos productores puedan aglutinarse en pequeñas cooperativas de producción, que les permitan a ellos mismos poder llegar con sus productos hasta los compradores finales, eliminando así la ODIOSA INTERMEDIACIÓN, quienes por años han sido los que se han llevado sin mucho esfuerzo "la parte más sustanciosa de la torta".

Estos productores precisan tener un ingreso lineal durante todo el año y no solamente concentrado en 2 o 3 meses y los 9 meses restantes "se pasan hablando solos".

Si todo lo expuesto se lleva adelante cualitativa y cuantivamente en forma eficiente y eficaz, acompañado de una buena educación financiera que precisan con urgencia, y un monitoreo/seguimiento estrecho durante todo el año, podrían obtener por sus productos precios mucho más remunerativos y disponer de una fuente de repago para la cobertura regular del pago de capital e intereses devengados de sus obligaciones financieras con terceros, pues allí radica hoy día su principal problema.

Y suponiendo que todo esto se llevara con el éxito que se espera, muy bien podría incluso frenar la migración masiva de los jóvenes labriegos hacia ciudades del departamento Central y del Gran Asunción en busca de trabajo, pues al tener la posibilidad potencial de incrementar sus niveles de producción, sus ingresos, sus canales de comercialización, entre otros, podrían quedarse a apoyar las tareas de sus padres y encarar todo esto como microempresarios a través de una óptica productiva y de negocio diferente.

Dejanos tu comentario