Una campaña electoral, aun la mejor planificada, siempre tendrá una llamada urgente de las 3:00 de la mañana de alguien que del otro lado del teléfono pronuncie al oído somnoliento del candidato una frase despertadora: "¿te enteraste lo que publicaron?".La administración de las sorpresas es tan importante como la fortaleza de las previsiones.

  • Por Augusto dos Santos
  • Asesor político

Las campañas son mucho más de lo que la mayoría de la gente observa en superficie. Hay factores que los consultores políticos cuidan como jarrones de la dinastía Ming, por ejemplo: el discurso del candidato, el peso de los votos indecisos, el dichoso "aparato", la batería antiaérea contra las campañas de desinformación. Hoy pedimos la opinión de varios expertos para avanzar en estos entretelones de las campañas políticas que tratamos de dibujar en esta serie de notas.

Si no existiera todo este complejo mundo detrás de un candidato sería imposible que este ser humano sonría siempre, se abrace a todos y hable con los medios con el relax de cuando termina una sesión de yoga.

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“ VENTAJA DE PEÑA: ES SENCILLO Y CERCANO”

ROBERTO IZURIETA

Cuánto pesa el folclórico "aparato partidario" en las elecciones y en qué medida tiene valor el diálogo de las propuestas de los candidatos con los electores. Lo conversamos con Roberto Izurieta, quien es director de Proyectos Latinoamericanos en la Universidad George Washington. Ha trabajado en campañas políticas en varios países de América Latina y España y ha sido asesor de los presidentes Alejandro Toledo de Perú, Vicente Fox de México y Álvaro Colom de Guatemala. Asesoro la campaña de Horacio Cartes en el 2013.

LN: Con frecuencia se habla de factores que inciden sobre el éxito o el fracaso de una campaña.

R.I.: Efectivamente todos los factores inciden, pero no todos en la misma proporción y siendo cada campaña distinta, hay que medir cada uno de esos factores. En general, y este no será un caso especial, el candidato oficial comienza con una base y con un piso. En mi opinión, la base del oficialismo en Paraguay es buena y su techo no muy bajo: o sea se gana más que se pierde con esa variable. En Paraguay, el aparato de un partido es muy importante: es la fuerza de Alegre dentro del Partido Liberal y pienso que casi su única fuerza.

LN: El factor de los nuevos votantes o los votos independientes. ¿Quiénes son finalmente los colectivos de votantes que definen las elecciones?

R.I.: Pienso que los que en general definen a último minuto la elección son los votantes indecisos, votantes de simpatías (o afiliación) débiles y los independientes. Si aplicamos la teoría de Manuel Mora y Araujo, académico argentino que lastimosamente murió hace apenas unas semanas, es "el poder de la conversación" lo que acaba de definir y decidir a esos votantes; y conforme a sus propios estudios, y por esa misma razón, estos se terminan por definirse de manera proporcional conforme a los que ya están decididos (porque con su "conversación" influyen a los indecisos).

LN: En el caso paraguayo que conoces de cerca, ¿qué nuevo escenario –si eso es así– se verá en las elecciones del 2018, al respecto de las elecciones del 2013?

R.I.: Yo he hecho pública y expresa mi opinión favorable a Santiago Peña. Peña es de las personas más inteligentes y preparadas (a pesar de su juventud) que he conocido (y llevo 30 años conociendo presidentes de toda América Latina). Además, es un gran comunicador, un hombre sencillo y por lo tanto cercano. En mi opinión, será un gran presidente.

LN: La gestión de Cartes hizo ver nuevamente la importancia de una relación no obstructiva con el parlamento. ¿Crees que la experiencia paraguaya debería migrar hacia un balance más presidencialista?

R.I.: Pienso que el Paraguay necesita una reforma constitucional, porque su Constitución fue escrita en un escenario (que más allá de las sombras o temores) ya no existe: la terrible dictadura de Alfredo Stroessner. En América Latina no servirían para nada los gobiernos parlamentarios (que pueden funcionar en Europa), porque significa darle más poder a los políticos. Yo le daría más poder a los ciudadanos y capacidad administrativa a las ciudades. Pero eso es un debate que deben iniciar los paraguayos.

LA IMPORTANCIA DEL “BUEN VERSO” DE LOS PRESIDENCIABLES”

YAGO DE MARTA

Yago de Marta está presente en los foros hispanoamericanos de comunicación política con una impronta que ya es un sello de marca: la construcción del mensaje de los gobernantes y candidatos.

Entrena a mandatarios y candidatos para defenderse en el mundo de la oratoria y los debates. Con él conversamos sobre la conexión entre candidatos y electores a través del discurso político.

LN: En el oficio de entrenar a candidatos para su gestión más importante: la convicción de sus electores, su confiabilidad. ¿Cuál es un balance óptimo entre la poesía política ilustrada y el "hablar como la gente".

Y.d.M.: La poesía política nació en momentos en los que la batalla de la atención no existía del modo que existe actualmente. Hoy el elector recibe miles de impactos publicitarios, tiene en la mano un celular que le atrapa con apps absorbentes. De modo que cada día es más imperativo "hablar para la gente", pensando en ellos. Con sus metáforas y sus imágenes. Hablar de forma que atrapemos, con energía, rango amplio, correspondencia… Siendo relevantes para la vida de quienes nos escuchan.

LN: ¿Cuán importante sigue siendo la palabra hablada, el discurso oral, en los tiempos en los que aparentemente las mediaciones (TV, redes, publicidad, medios en general) pueden lograrlo todo?

Y.d.M.: Exactamente, la TV, las redes, la publicidad, son solo eso: medios. La palabra hablada como contenido es la clave del éxito en Youtube, en los videos de Facebook y otras redes.

Nuestra base biológica sigue estando diseñada para ser estimulada por las palabras de la madre en el vientre, para ser atrapada por la historia contada por un abuelo a su nieto. Pero para que el discurso oral atrape tiene que ser comprensible, creíble y memorable. Debe hablar de los problemas de la gente, de lo que les importa. Debe moverles.

“ALGO PASA EN LA OPINIÓN PÚBLICA”

El trecho entre el pronóstico y resultado electoral

Hace pocos días un medio publicaba una encuesta denunciando 20 puntos de distancia de Marito Abdo sobre Santi Peña. Dos encuestas coinciden en esta semana que hay un empate entre ambos. El uso mediático-sectario de las encuestas (que puede ser un buen negocio no hay dudas) y las propias dudas sobre el actual comportamiento de la opinión pública a la hora de vaticinar sus intenciones hacen un todo que preocupa a los encuestadores más serios.

“HOY HABLAR DE PARTIDO ES CASI UN ANACRONISMO”

RICARDO ROUVIER

Ricardo Rouvier vive en Buenos Aires donde dirige una consultora que lleva su nombre, escribe y opina para diversos medios, es Lic. en Sociología. Dr. en Psicología Social y catedrático. Nos ponía curiosos el entender si existen plazos para que los datos de una tendencia (encuestas, sondeos) son o prematuros y indeclinables. Y le preguntamos.

LN: Se habla mucho de las encuestas como "fotografía del momento" de una campaña. En términos de tiempos, ¿cuándo es muy pronto para un vaticinio definitivo y cuándo es una tendencia irreversible?

R.R.: A medida que nos acercamos a la fecha electoral, pensábamos antes que la proyección tiende a volverse más rígida y prácticamente inamovible. Hoy, no es así, amplios grupos sociales pueden cambiar de dirección en términos de convicción o su contrario. Por ejemplo: la influencia que tienen las redes sociales, en algunos subuniversos es determinante para que se produzcan olas imitativas, hacia un Sí o un No en una consulta popular, caso Brexit o Colombia.

Luego está la cuestión estadística (la aplicación de la ley de probabilidades), que aparece en las bocas de urna o del propio escrutinio oficial. Allí se calcula en base a lo que está relevado y lo que falta por escrutar, qué proporción de votos entre los competidores establece una tendencia inexorable o cuando todavía no se puede determinar un ganador. Pero eso depende del tamaño del padrón electoral y de la forma del escrutinio, como los segmentos poblacionales socioeconómicos que tienen orientaciones políticas e ideológicas definidas, como puede ser la diferencia entre el voto de los sectores de clases bajas o de las clases altas.

LN: Se habló hasta el hartazgo del "desconcierto" de las encuestas con el Brexit, el referéndum Colombia y la victoria de Trump. ¿Ante ello qué dice un encuestador para sostener que sigue siendo ella una herramienta imprescindible?

R.R.: Los investigadores de opinión pública, por lo menos los que yo conozco, estamos preocupados con el tema. Y en realidad parece que es mucho más que un error humano en alguna oportunidad y además tampoco está comprendido en el error estadístico. Estamos pensando en que algo pasa en la opinión pública, y su relación con los instrumentos de medición. Es decir, que estamos mirando a la sociedad y su capacidad y calidad de respuesta, o una gran velocidad en la volatilidad de la opinión.

LN: ¿Cuánto de mito y cuánto de verdad existe en el impacto de los resultados de una encuesta de campaña como elemento de toma de decisión por una u otra opción electoral?

R.R.: Menos de lo que se supone, pero sí tiene su efecto. Y el efecto principal apunta no tanto a la decisión del voto en que la influencia es menor, sino en la etapa de posicionamiento del candidato o partido, aunque hoy hablar de partido es casi un anacronismo. Es decir, que la difusión de encuestas favorece el conocimiento de un candidato.

Hay que considerar que cada ciudadano recibe y emite comunicación, pero es receptor de una catarata cotidiana de estímulos, y más en una campaña, por lo tanto saber, o inclusive, que el mismo sepa que es lo que le determina su resolución conductual, es todavía una incógnita. Por eso la expectativa que hay en la evolución de las neurociencias en su aporte a este tipo de conocimiento.

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