• Por Matías Ordeix
  • Socio del Club de Ejecutivos

Podemos destacar fantásticos atributos del paraguayo. La solidaridad de nuestra gente es única y se ve de manifiesto en cada "pollada", rifas, pedido de sangre, pedido de ayuda a damnificados, o cualquier otra necesidad que siempre es apoyada por una gran mayoría. El paraguayo es muy buena gente, tiene corazón, es un gran compañero y amigo. Este ADN, similar a muchos de los latinoamericanos en la región, hace un contraste con algunos pueblos norteños más fríos, donde el personalismo e individualismo rigen principalmente.

A pesar de estos dones, y esta característica solidaria importantísima para una sociedad en constante cambio y cada vez más personalista, tenemos algunas tareas importantes a trabajar. Uno de los deberes pendientes que tenemos es el trabajo en equipo. Muchas veces las acciones que emprendemos, a nivel gremial, sindical o social involucran solo a la organización que pertenecemos, y sin darnos cuenta hacemos tareas repetidas y duplicamos esfuerzos en lugar de sumar.

Intentando analizar cuáles son las causas para que estas tareas se transformen en hechos aislados (positivos igualmente), pero cuyo peso final y resultado podrían ser mucho más incisivos si el espíritu de equipo y colaborativo primase en las acciones, podríamos nuevamente pensar en un parcial individualismo estructural. Las organizaciones, a veces equivocadamente, creen que es más importante la propia bandera institucional antes que la causa que están llevando adelante, en lugar de la acción que emprenden, y este es el error principal.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Igualmente pasa con el Estado, creyéndose omnipotente, muchas veces actúa sin consultar a la sociedad y luego la misma le devuelve en negativa bofetada una tarea mal encarada. Las organizaciones, la empresa, la academia, el Estado y la sociedad en general están ansiosos de realizar cambios positivos que beneficien a la totalidad de la nación. Pero este es un trabajo conjunto, sin banderas, sin logos; es un trabajo genuino de todos con un objetivo claro. "Un mejor Paraguay, un mundo mejor".

Debemos dejar la mezquindad, los celos y egoísmos, y realmente sumar a las causas comunes en forma coordinada, aliados y empujando el mismo carro. Olvidémonos de quiénes somos, y apuntemos a quienes ayudamos. No es necesario ayudar con nombre y apellido, es prioritario sumar acciones entre todos con un único fin, "la mejora".

Tenemos algunas demostraciones positivas de unión y solidaridad conjunta, sin embargo, creemos que falta todavía mucho más para lograr una efectiva alianza social por Paraguay. A ella debemos apuntar, algunos ya estamos alineados en el camino con ejes transversales que buscan una mejor sociedad. Desde el empresariado, por ejemplo, juntamente con asociaciones como el Club de Ejecutivos, ADEC y Pacto Global tenemos la intención de sumar fuerzas en pos de la sustentabilidad empresarial. Porque un mejor país se construye también desde las empresas, apoyado en organizaciones transparentes y eficientes. Sumando a organizaciones de la sociedad civil, más un Estado imprescindible que todavía debe digerir más y comprender nuestro espíritu constructivo.

La política somos todos. Cada ciudadano y cada organización juegan un rol importante en la ansiada mejora del Paraguay. Nosotros estamos comprometidos, intentamos estar unidos. Y queremos sumar más y más a esta linda vocación de construir una gran alianza social por Paraguay. Esperamos verlos, actuar y compartir con nosotros. Esperamos verlos hacer, verlos construir… el Paraguay somos todos.

Dejanos tu comentario