• Por la LIC. EMMA PAOLI
  • Magíster en Evaluación y Planeación Educativa

Hemos dicho que la esperanza está puesta en un nuevo modelo y que deberíamos actuar ya. Iniciamos nuestro modelo, desde la perspectiva del respeto a nuestra identidad, y adaptando otros modelos, en especial de países de América Latina.

Para ello debemos tener bien clara nuestra visión, que recalcaremos en nuestro modelo, como ser: el énfasis en la tecnología y su respectiva adaptación en nuestro medio; el impulso hacia la profesionalización y la calificación de nuestros jóvenes; la actualización de nuestros conocimientos técnicos y aplicados a fin de competir en el exigente mercado internacional y la investigación e innovación en nuestro sistema de enseñanza-aprendizaje impulsando más que nada el premio al mérito, comenzando por nuestros docentes de todos los niveles, a fin de que nuestros jóvenes puedan ser motivados en la búsqueda constante de superación y tengan la oportunidad a acceder a un desempeño calificado.

América Latina ha iniciado avances importantes, en todos los niveles del sistema educativo, aumentando su inversión e incorporando así a sectores más marginados y estos esfuerzos han logrado dar sus frutos.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Pero entonces, ¿cuál sería la situación por lo que aun Paraguay y algunos países de América no acceden a un aprendizaje de niveles aceptables? Sigue existiendo una brecha con el resto del mundo.

Se ha observado que el sistema o modelo educativo no construye las competencias necesarias en concordancia al presente siglo, y mucho menos promueve el crecimiento en equidad.

Es decir, existe un desfasaje entre los niveles de aprendizaje y el desarrollo por competencia. Sucede que estos niveles de escolaridad pueden traducirse en calidad de vida, a la que los ciudadanos americanos aspiran.

A pesar de existir un imperante deseo de mejorar la calidad educativa, la inercia de los modelos educativos no actualizados aún se mantiene muy fuerte. Plantear un rompimiento de este tipo de modelo ya perimido requiere de un esfuerzo supremo y una reforma que genere cambios profundos y duraderos, orientando así recursos económicos, políticos y humanos para lograr el efecto transformador.

Dejanos tu comentario