El papa Francisco se dirigió, según dice la información, a un auditorio de cuarenta mil estudiantes de humanidades, es decir de ciencias que estudian a la humanidad, a la sociedad, en Roma y les pidió que dialoguen sin el celular, el móvil, el digital o la computadora, según las versiones, es decir, que dialoguen sin la intermediación de un artefacto digital, porque, les dijo, el "diálogo es el antídoto contra la violencia".

Es decir, el diálogo de verdad en el que se sientan, frente a frente, mirándose, amigos, colegas, familias, es decir se comunican directamente, manifestando lo que ya es una preocupación universal y una imagen triste que se repite: un grupo de personas en un mismo lugar, en una misma mesa, en un mismo espacio, pero mirando al aparato, leyendo o escribiendo mensajes a interlocutores o sitios o redes lejana, porque esa nueva forma de comunicación no es diálogo, en la mayoría de los casos, es decir, comunicación directa.

Ni siquiera sabemos si el interlocutor está en línea o si es al que nos dirigimos, porque no importa, es como un monologante que lanza una botella a los nuevos mares internéticos, sin saber quién lo recibe ni tener certeza de quién le contesta.

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  • El máximo caso de este mal es del Whatsapp de un “grupete”, aunque los registros certifican sólo que hay dos emisores, que está generando un caos y hasta una verborrágica hoguera de de violencia, con la engañosa “intimidad comunicacional” que te dan los nuevos medios.

No es un problema de estos tiempos ni de la tecnología; no es extraño que el discurso haya sido ante un auditorio de universitarios, es decir, de jóvenes que están preparándose para el liderazgo del futuro a corto plazo.

Esta tecnología de la comunicación, como todas las que han mejorado la posibilidad de acceso a la información y al contacto con la gente distante, con los centros de documentación o con las enciclopedias, antes reservadas a las élites, son de una gran utilidad; pero a lo que se refirió el Papa, sumándose a las muchas voces de alerta, es que eso no es diálogo, salvo coyunturalmente; pidió que hablen, que aprendan el valor del diálogo que es estar conversando frente a frente, en contacto directo y franco con el interlocutor. Los "amigos" de Facebook son ficciones o números para promover marquetineramente el éxito de celebridades y de faranduleros.

No es nuevo; estamos en un mundo cada vez más mediático, de medios, pero también de "mediación" del contacto; es decir, de una comunicación hecha por intermediarios o intermediada, sin una comunicación franca y frontal. Hablamos del diálogo.

Vale la pena reflexionar una vez más sobre el tema, a la luz de los acontecimientos, ya que estamos mundialmente lanzando mensajes y recibiendo mensajes de cuyos emisores no tenemos certeza; y lo que es más grave, que no sabemos del tono del discurso, ni de todas esas inflexiones verbales y corporales que hacen a la comunicación humana, esenciales para entender los discursos. El Papa hizo hincapié en "el valor del diálogo", de "aprender a escuchar", del intercambio de los interlocutores.

Los nuevos canales de comunicación son inseguros y hasta peligrosos, ya se ha visto y es una de las nuevas preocupaciones de la inseguridad mundial, desde el abuso de menores, hasta la trata de personas o las estafas virtuales. Pero sobre todo es una limitación de la comunicación abierta, que cada día tiene más víctimas de los celulardependientes; lugares donde ficticiamente nos estamos comunicando sin comprometernos, en los que se sueltan las lenguas, pensando en el anonimato del momento. El emisor no tiene que preocuparse por la respuesta, pues puede cerrar el canal.

Es por eso que día a día vemos casos de inconsciencia delincuencial, es decir de gente que se expone o expone a su gente sin tener conciencia del riesgo.

El máximo caso de este mal es del Whatsapp de un "grupete", aunque los registros certifican solo que hay dos emisores, que está generando un caos y hasta una verborrágica hoguera de violencia, con la engañosa "intimidad comunicacional" que te dan los nuevos medios.

Por contrapartida, en la otra gran confrontación mediática y política del momento, la que gira en torno a la revisión del pago de impuestos, planteada por la Secretaría de Tributación, cuando parecía convertirse en otra gran hoguera, se abrió la vía que planteó el franciscano Francisco, en su charla: "Aprender a escuchar y abrirse a los demás"; porque "cuando en vez de hablar se grita" o cuando "en vez de hablar se usan los celulares"… "es el inicio de la guerra". Y ya se sabe que las guerras solo causan desastres, a vencedores y a vencidos.

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