• Por Bernt Entschev
  • Fundador de The Capital Human Capital

Hay varias empresas, tanto nacionales como internacionales, que son vistas como mejores que otras para trabajar en ellas. Piense un poco y con seguridad se acordará de algunos nombres. Ellas son deseadas y sus empleados son los principales divulgadores de las ventajas de actuar en esta organización. Quiero hablar aquí sobre los caminos que llevan a una empresa a ser este objeto de deseo.

En primer lugar, están los valores. ¿Y cómo una empresa crea estos valores? La mayoría de las veces, viene de los fundadores. Es como si fuera "la cara del dueño". Entonces, estas convicciones se van desparramando a medida que los nuevos empleados van entrando, hasta volverse lo que llamamos cultura organizacional. Cuando son valores que las personas admiran y comparten, esto ya se vuelve un atractivo. La transparencia en las relaciones con todos los stakeholders es una actitud natural y permanente.

En las buenas empresas, el éxito es visto como una vía de doble mano: si la organización lo tiene, el profesional también. Tratar de alcanzar este objetivo juntos permite que la caminata sea más estimulante y recompensadora.

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Otro punto es que las buenas empresas ofrecen un ambiente de trabajo agradable tanto desde el punto de vista físico (con muebles ergonómicos, comodidad térmica), así como emocional. Esto quiere decir que las personas trabajan satisfechas, la colaboración es estimulada, las metas son viables y los resultados son reconocidos públicamente. Además, los sueldos están de acuerdo con las funciones, con pagos al día y respeto a todas las normas laborales. Tienen beneficios que enfocan la salud de los empleados y sus familias, incluyendo también alimentación y propuestas de entretenimiento.

En las buenas empresas, el éxito es visto como una vía de doble mano: si la organización lo tiene, el profesional también. Tratar de alcanzar este objetivo juntos permite que la caminata sea más estimulante y recompensadora. Por ello, los gestores piensan en el futuro de los empleados, creando planes de carrera bien planificados, que permiten el crecimiento individual y colectivo. Estos planes valorizan los méritos y el potencial del individuo, sin favorecimientos. Así, el profesional sabe dónde puede llegar en la organización.

Quiero dejar claro que todas estas cualidades no se aplican solo a grandes empresas. Hay excelentes empleadores en compañías medianas y pequeñas. Basta la mirada del gestor sobre estas cuestiones para dar a la empresa un destaque positivo en el mercado de trabajo.

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