Este viernes 17 de febrero, a las 8:00, se realizó el lanzamiento de la convocatoria para el Paro internacional de Mujeres Paraguay. El lila y el 8M se unen para dar visibilidad a un movimiento que tiene alcance mundial. ¿La consigna? Parar por 15 minutos el 8 de marzo a las 8:00 de la mañana. La idea -según explicó una de las coordinadoras a La Nación- es mostrar una realidad, las mujeres crean, aportan y reconstruyen desde distintos frentes dentro de la sociedad. Sus necesidades, problemáticas y contribuciones no pueden y no deben ser ignoradas. "Si nosotras paramos: para todo". Ése es el mensaje.

Convocar a la ciudadanía a sumarse fue el objetivo de la presentación que se realizó en la Plaza Italia. Natalia Ferreira -una de las coordinadoras- llamó a adherirse también de forma simbólica. Se puede publicar una foto desde el lugar de trabajo utilizando un distintivo lila y algún cartel de "Yo paro". "Es para visibilizar la fuerza de las mujeres en los diferentes espacios que estamos", destacó.

Sesenta organizaciones de distintos puntos de Paraguay (Asunción, Caaguazú, Alto Paraná, San Pedro, Itapúa, Paraguarí, Misiones, Ñeembucú, Central, Guairá, Caazapá, Canindeyú) hacen que la iniciativa tenga alcance país.

Mujeres y hombres -pero sobre todo mujeres- de diferentes sectores económicos, políticos y sociales articulan para ocuparse de las denuncias, reclamos y reivindicaciones. El alto índice de feminicidio que se está dando en la región se convierte -sin duda- en una señal de alerta.

"Es un llamado internacional, un llamado para el mundo. Para transformar, para visibilizar la fuerza que tenemos las mujeres para reconstruir y buscar mejores condiciones de vida para nosotras, para nuestros hijos, para nuestras sociedades", destacó Natalia Ferreira.

¿Cuáles son las preocupaciones? La violencia en todas sus formas, desde las malas condiciones de trabajo y acoso en universidades en iglesias, hasta los feminicicios y las niñas embarazadas.

"Queremos que se deje de ver este tipo de cosas como algo normal o galantería que es defendido o minizado por instituciones. Son atropellos en lugares de trabajo, estudio o de fe. No importa la edad de la mujer. No debe ser de importancia solo porque es a una menor de edad, las adultas también deben tener la tranquilidad de poder realizar sus actividades sin temor", mencionó Ferreira.

Cada sector tiene sus reivindicaciones y reclamos. En las reuniones de organización de la movilización 8M se escucharon diversos testimonios. En el sector salud se registraron suicidio de enfermeras agobiadas por trabajos demandantes y sin condiciones sanitarias. Las lesbianas luchan por las visitas de pareja en Buen Pastor. Las campesinas se muestran preocupadas por los efectos que traen las fumigaciones a la salud de sus comunidades.

"Estamos dejando afuera las diferencias. Porque aunque una bañadense no tenga los mismos problemas que una universitaria, todas vivimos las problemáticas de género. Estamos yendo más allá", destacó Ferreira.

"Al no recibir justicia, construimos justicia popular, a través del paro, con nuestra organización y nuestra participación activa como mujeres", menciona el documento publicado en la página de Facebook que promociona el paro.

"Paramos para celebrar nuestras memorias de resistencia, nuestras victorias, recuperar nuestra historia, y principalmente poder escribirla, codo a codo, mano a mano, cuerpo a cuerpo", señalan.