• Por Emma Paoli

Presidenta del Consejo de Administración de la UPAP

Un nuevo paradigma surge en la sociedad del conocimiento en donde estudiantes – docentes o facilitadores son actores del proceso educativo y construyen nuevos conocimientos utilizando información compartida a través de Redes Autopoiéticas.

El futuro profesional requiere de estar en constante aprendizaje, porque el conocimiento cambia aceleradamente, los profesionales, investigadores, científicos deben pertenecer a comunidades de aprendizaje, a redes de investigación, para comunicarse e intercambiar información, y generar nuevos conocimientos.

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El conocimiento ya no está exclusivamente en el docente como en el paradigma tradicional, sino que se encuentra distribuido en las diversas redes, ya sea en bits de datos o desde el cerebro de las personas, transmitido a cualquier lugar mediante dichas redes.

Estos nuevos Paradigmas, en el devenir de la Universidad, están ineluctablemente asociados a la inversión, sea pública o privada; y en escenarios emergentes de Asociación Público–Privada (APP).

En tal contexto, se asocia la educación tradicional con un paradigma en donde se consideraba que la educación superior impartía conocimientos adquiridos que en teoría iban a servir durante toda la vida profesional.

Es tiempo de otorgar importancia a la innovación, al pensamiento crítico y creativo como una necesidad para el nuevo modelo de educación superior, enfocado como un compromiso común, propio de los países que requieren reformas que aporten una verdadera colaboración con el fin de dar respuesta a los requerimientos de la Sociedad del Conocimiento.

No obstante, dicha sociedad ha de impulsar tendencias no dirigidas al bienestar de la comunidad, ni a favor del desarrollo integral para el beneficio común, a veces más determinadas por un interés de lucro y ganancia de particulares.

Sin embargo, existen escenarios en donde se plantean perspectivas motivadoras en cuanto a la planificación de Estrategias de Comunicación – Aprendizaje, con sustento en la investigación, donde la inversión en el sector educativo se ha de instituir como una necesidad y no como una opción; así el incremento en la inversión se ha de proyectar a plazos decenales, que posibiliten que las políticas públicas (con énfasis en políticas educativas) puedan ser objetos de evaluación, en cuanto a su aplicación en pro de los nuevos paradigmas educativos del siglo XXI.

El nuevo paradigma productivo emergente ha de ser asumido por la Universidad en el desempeño de su rol estratégico para promover la renovación del proceso de comunicación – aprendizaje, y fortalecer el compromiso con los paradigmas de desarrollo humano, que impulse la docencia, investigación y extensión, con una Autonomía dirigida a corresponder la responsabilidad social. Los Paradigmas Emergentes han de apuntar al éxito en el desarrollo, para que el Paraguay oriente una tecnología.

Colaboración: Profesor Eugenio González.

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