POR ÓSCAR GAVILÁN

El gran artífice del juego, y el responsable de la paridad fue sin lugar a dudas, el golero de River, Gustavo Arévalos, quien con espectaculares ajadas evitaron el grito de gol en Dos Bocas. Fueron más de ocho ocasiones claras para el conjunto de General Caballero de Zeballos Cué, en el primer duelo del año entre los benjamines de la Primera división.

Todos los aplausos fueron para el guardametas albirrojo, que se cansó de desviar los remates que tenían destino de red, el portero tuvo una jornada mágica, con oportunas intervenciones.

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En la etapa inicial comenzó su gran gestión a escasos dos minutos, tras el frentazo de González, desvió con los dedos la trayectoria del esférico. Y cinco minutos después, en un mano a mano con Leguizamón, quien no pudo vencer la resistencia del portero. Cerca de la media hora, otra vez Giménez se lamentó tras la estupenda aparición de Arévalos. Y antes de finalizar la primera etapa, el golero de River amargó a Espinoza, que con un remate potente buscó desequilibrar el marcador.

Pero, la espectacularidad y las manos mágicas de Arévalos dejaron con las ganas a los matarifes que buscaron el grito del gol, a través de Caicedo y Medina. River también tuvo algunas ocasiones, pero le faltó efectividad. El marcador en blanco mantiene a los dos equipos en el fondo de la tabla de posiciones.

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