El domingo arriba a nuestro país el mayor líder de la Iglesia Ortodoxa de Moscú y de toda Rusia, el patriarca Kiril. El religioso incluyó a Paraguay en su gira latinoamericana que contempla escalas en Cuba, Chile, Brasil y la Antártida, donde visitará a la misión científica de su país. La inclusión de nuestro país en esta lista obedece a las buenas relaciones existentes hoy entre ambas naciones y a una larga historia de amistad, que se remonta a las primeras décadas del siglo pasado.

"Fue una decisión que él tomó para honrar la memoria de los rusos que participaron de la defensa de la soberanía paraguaya durante la Guerra del Chaco. Muchos de ellos cayeron y murieron en las acciones militares y sus restos descansan en el cementerio ruso, ubicado en el predio de La Recoleta. Allí, frente a las tumbas, rezará una misa", declaró a medios locales el embajador ruso en nuestro país, Nikolai K. Tavdumadze.

En efecto, si bien las relaciones quedaron cortadas durante la vigencia del régimen soviético, no hay que olvidar el papel fundamental que jugaron en la Guerra del Chaco los oficiales rusos, quienes hicieron del Paraguay su segunda patria. Militares, ingenieros y profesionales de gran formación que habían huido de su tierra tras la revolución bolchevique se sumaron a las fuerzas paraguayas en la defensa de la soberanía nacional y de la integridad de nuestro territorio. El concurso de muchos de estos hombres fue muy importante en el desenlace final de la guerra. La amistad entre rusos y paraguayos no es pues un hecho reciente o superficial.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Tras la caída del poder del Partido Comunista y el posterior desmembramiento de la Unión Soviética, Rusia avanzó rápidamente hacia una economía de libre mercado. Tanto es así que hoy figura entre las potencias capitalistas con mayor futuro, ostentando altas tasas de crecimiento y reclamando una mayor incidencia en el concierto internacional, junto a Brasil, India y China.

En ese sentido, Moscú ha mostrado un agresiva política de acercamiento a América Latina, estableciendo acuerdos de cooperación con varios países del continente. Además de los aspectos estrictamente económicos, estos acuerdos contemplan también uno de los puntos fuertes de Rusia: la industria de armamentos. Venezuela y Bolivia, por ejemplo, han adquirido importantes cantidades de material bélico, aviones y helicópteros para modernizar sus fuerzas armadas.

Paraguay haría bien también en analizar con cuidado y seriedad las ofertas que Rusia puede hacer en este sentido. Equipar apropiadamente a nuestras unidades castrenses y dotarlas del armamento necesario es una obligación del Estado. No se puede permitir que las fuerzas militares carezcan de capacidad operativa. Rusia puede, en este campo, convertirse en un colaborador de primer orden. Es clave profundizar esta línea de la política exterior paraguaya, fortaleciendo las relaciones con Rusia, un gigante del cual inexplicablemente nos mantuvimos alejados en las últimas décadas.

Naturalmente, nada de esto concierne a la visita del patriarca Kiril a nuestro país. Su presencia, sin embargo, confirma una afinidad especial entre Rusia y Paraguay, una buena sintonía que puede traducirse en un estrechamiento de relaciones culturales, económicas y políticas. Nuestro país debe profundizar esta proximidad asentada en una rica historia y proyectarla a un futuro que beneficie a ambos pueblos.

Dejanos tu comentario