Por Alex Noguera

Editor / Periodista

Como las olas que lamen la orilla del río en su infinito ir y venir, así es el panorama variopinto que ofrece la inundación para cualquier observador. Es cuestión de tener la tranquilidad y paciencia de un pescador para poder llenar las redes con situaciones que se presentan en ese universo, tan opuestas como el yin y el yang.

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No es tarea sencilla, sobre todo con el sofocante calor que envuelve todo el territorio paraguayo, multiplicado con la lluvia de radiación ultravioleta, que es producto de una raquítica cosecha de nubes en el cielo. Ese puede ser el primer y más actual contraste que notamos. De tener hace apenas unos días oscuras nubes de tormentas, cargadas de gruesos racimos de agua, ahora miramos hacia arriba y vemos la pintura azul del firmamento sin esas manchas que pasean el pincel blanco sobre el lienzo hacia el horizonte, como navíos al capricho de los vientos.

Y de los vientos pasamos al contraste de las aguas ya que la canilla de la lluvia se cerró momentáneamente, lo que hace que el nivel de los canales hídricos retroceda lentamente, como el arrepentimiento de aquel apostador ebrio que de pronto se da cuenta de lo que hizo y ya no tiene vuelta atrás.

Otra ambivalencia que podemos apuntar y destacar es la luz de la generosidad general, con gente, instituciones y organizaciones que realizan donaciones para los afectados. Pero como en todo fenómeno de luminosidad, en este caso también aparecen las sombras de la vileza de personas que se aprovechan de la desgracia, como el caso de la denuncia contra un policía que amenazó y acosó nada menos que a una menor refugiada que defendió a su madre de la prepotencia del uniformado.

Esa de cal es el anverso del rostro del contingente de niños que llegó al Villamorra Cinecenter para disfrutar de la función fílmica de Snoopy, y nada menos que en 3D. Es que entre hamburguesas y película, parecía poco probable que tanta felicidad pudiera caber en cada unos de esos cuerpitos desacostumbrados a las butacas acolchonadas. No es poca cosa para esos chicos pasar del miedo, del hambre, de la incertidumbre, de perder sus juguetes, su lugar, su seguridad, incluso sus mascotas, a ir –en muchos casos por primera vez– a presenciar una tierna y divertida aventura en la pantalla grande.

Pero el yin y el yang de esta inundación no se limita a los hechos que ocurren dentro de la frontera ni al dinero que viene desde detrás de ella como las donaciones de Israel o de Marruecos, ni tampoco a la ayuda en refugios. Esta crecida también trajo una novedad gigantesca, un cambio radical en un hecho vital para la vida misma. El anuncio del presidente Cartes de que se descarta la construcción de la planta nuclear en Formosa es un bálsamo que alivia no solo a los paraguayos, sino a los mismos argentinos.

En sus cavilaciones, el pescador puede ver con calma los hechos que se desarrollan a su alrededor y si tiene la capacidad, también de analizarlos. Los expertos dicen que a pesar de que el nivel de las aguas tiende a bajar, El Niño aún tiene guardadas algunas travesuras. Contra la naturaleza es poco lo que podemos hacer, pero sí hay tareas que están a nuestro alcance y que se vuelven impostergables. Una de ellas es eliminar ese potencial criadero de aedes aegyti que hay en casa. Las cifras de inconsciencia en cuanto a infestación larvaria, como dice el intendente de Villarrica, Navarrol Arza, "es criminal". Él está asustado porque le tocó muy de cerca, incluso como anécdota se cuenta que había dejado brevemente su internación para jurar y luego volvió para guardar cama porque padecía de dengue. Y ya hay muertos. Y hay chikungunya. Y hay Zika.

En el yin y yang de esta inundación todos tenemos nuestra responsabilidad. Cuanto menos limpiemos, más peligro habrá. Y viceversa.

Etiquetas: #Inundación

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