Recomponer la relación con el río es el gran pendiente de Paraguay, según el Arq. Javier Corvalán. Integrar a los barrios de las orillas a los programas urbanísticos de Asunción, establecer las costas como lugares de convocatoria y la articulación de grupos de trabajo multidisciplinarios son algunas de las propuestas del Colectivo Aqua Alta.

El pabellón de Paraguay en la la XIV Bienal de Arquitectura de Venecia, 2014 tenía una bolsa de agua, cuya presencia era protagónica. "Su planteamiento no era sólo como un elemento simbólico o un problema, sino como una solución", según explica el Arq. Javier Corvalán, creador del Laboratorio de Arquitectura y miembro del Colectivo Aqua Alta.

"Nosotros planteamos esto como una máquina de peso, para que en vez de tener que utilizar un molinete, un caballo, un carro, un automóvil, que sea el propio peso del agua haga de fuerza para que curve una estructura. Era muy experimental, pero como en todas las bienales se juega con proyectos más intelectuales, conceptuales y simbólicos, que prácticos", recuerda al hablar sobre el impacto que tuvo el diseño y realización para la Bienal, en el espíritu y los trabajos posteriores de Aqua Alta.

El colectivo desarrolló diferentes actividades participativas y multidisciplinarias bajo esa premisa: el workshop "Construir con el agua" y el "Concierto en la Bahia" con la orquesta H20 -Sonidos de mi tierra – sobre una plataforma flotante sobre el río que involucró a más de 200 colaboradores, estudiantes, profesionales y artistas.

-¿El Paraguay tiene que cambiar su relacionamiento con el agua?

-Paraguay tiene que reconciliarse con el agua. Esa es una historia ymaguare como se dice. En Asunción -que es nuestro principal centro urbano- tenemos una historia muy complicada con el río, porque justamente es frontera. También la dictadura hizo que esta banda de territorio sea ocupado por militares y haya sido un poco nuestro lugar underground. Uno no se podía acercar al río porque había un militar. El día que se fue la dictadura, quedamos sin saber como acercarnos al agua de manera natural. Entonces, ¿quiénes se acercan al agua? Los habitantes informales. Pero basta recorrer desde Asunción para abajo hasta Buenos Aires para ver varios lugares de Argentina que tienen su costanera y su lugar de recreo ahí. Y es lo más simbólico que tienen. Paraná, Corrientes, todos tienen allí su lugar de convocatoria urbana.

-¿Cuál es la clave?

-Al agua hay que saber acercarse. En Nanawa pasa algo muy simpático. Ahí pasa que viene la gente del interior como a Asunción, para encontrar fuentes de trabajo. Esa persona ya no es el nanawense que vivía de la pesca, sino que se acerca para hacer comercio y no sabe manejar un bote. Cuando llega la crecida, el nanawense no tiene problema, agarra su canoa y se maneja o se va. Los migrantes por cuestiones laborales se compran una moto y una minivan y después se encuentran aislados, no pueden sacar el vehículo y cuando se dieron cuenta el vehículo no funciona más porque quedó bajo agua.

-¿Por qué pasa esto?

-Ellos van a esta ciudad y no encuentran ninguna señal de que esto se puede inundar . Las municipalidades tampoco trabajan en esto. Las municipalidades no deberían, ni la de Asunción ni cualquier otra permitir que se haga una construcción de cierto tipo que pueda acarrear estos problemas. Yo no digo que prohiba, que ya es una cosa más complicada. Pero no cuesta nada controlar. Así como hay quienes controlan si dejás un escombro sobre la vereda y ya te ponen una multa. Definir a los bañados como toda una zona urbana. Así como se dice en tal zona de Asunción no se puede construir edificios de más de tantos pisos. En estos lugares se debe intervenir de esta manera, regular.

-Se sigue pensando en los bañados como en un cordón de pobreza de asentamiento provisorio. Persiste la idea: "En algún momento los vamos a sacar".

-Y se mantiene un status quo. Pero tampoco se sabe qué se va a hacer (con las poblaciones). Hay una gran especulación. La franja costera es un proyecto macro del trazado que conceptualmente soluciona muchas cosas. Pero están los bañados norte y sur. Los trabajos van a llegar hasta el botánico y después hasta Lambaré. Tiene una enorme cantidad de territorio que en detalle no sabemos que que va a pasar. Mientras tanto la municipalidad debería generar un reglamento de construcciones que simplemente tutele o regule la actividad de la gente. Como se regula en cualquier barrio de Asunción.

-Siguen estando excluidos.

-Creo que es más fácil pensar que hay una cantidad de interés político metido ahí adentro, votos cautivos. Esta indefinición también es un caldo propicio para sustentar poder. Mucha gente hace de pescador en río revuelto.

-Mientras exista la problemática hay fuerzas políticas que tienen la posibilidad de mantener el clientelismo.

-Y no nos damos cuenta de que esto se va complicando y algún día podemos llegar a tener como los brasileños unas favelas a las que no vamos a poder entrar ni con tanques rusos. ¿Estamos esperando eso? Hoy en día es totalmente reversible la situación. ¿Estamos esperando tener una favela de la escala de Rio de Janeiro o de Colombia? Ahí ya va a ser tarde. Ahí ya va a costar mucho más. Y no sólo en las zonas de interés social, sino que en todas partes. Tenemos que ser conscientes de que a Asunción su crecimiento le gana. No es como otras ciudades en las que planificaron. El interés social lo tenemos por todos lados. No es solamente una cuestión que atañe a la Chacarita, al Bañado Norte o Bañado Sur.

EL AGUA HASTA EL CUELLO

Las inundaciones y sus efectos tienen sus ejemplos más extremos en zonas como Nanawa, Alberdi y Pilar. "Nosotros (el Colectivo Aqua Alta) pensamos que un pueblo no puede estar sometido a esto. Lo que pasa en Alberdi, con sólo ver los reportajes se puede sentir la angustia", comenta Corvalán. El arquitecto hace la salvedad de que la subida del agua -dentro de las catástrofes naturales- es bastante mansa no es violenta. "Es como un lago que va subiendo y te va llegando el agua al cuello. No es como las avalanchas, los aludes, los tsunamis en los que el agua viene con fuerza", resalta. Pero el profesional insiste que en los lugares en los que hay muros de contención, si el agua llega a romper la estructura va a ocurrir un efecto de agua violenta. "Porque cuando el agua cambia de presión o de altura, hasta estabilizarse es un agua que va a tener mucha potencia. Ya no es más decir saco mis cosas mojadas, subo a mi lancha y me voy a un lugar seguro. Ahí puede costar vidas y llevarse casas".

INTEGRARSE

Más allá de la emergencia y con la intención de brindar nuevas opciones para zonas que guardan vínculos estrechos con el río, el Colectivo Aqua Alta sigue con sus proyectos. Actualmente, desarrolla un prototipo de plataforma flotante. "Ya es (un proyecto) más pretencioso (que los puentes en Chacarita) y vamos a ver cómo llegamos con la naturaleza", recalca Corvalán aludiendo a las lluvias.

La construcción -que puede estar emplazada en Nanawa en la Bahía de Asunción- se hará con materiales reciclados como tambores y palet. "Porque es lo que nos donaron", aclara el arquitecto.

"Nosotros hacemos con lo que tenemos. No es que tengamos preferencia. Si alguien nos dona madera, seguramente vamos a hacer de madera y pilares y si tenemos hormigón armado se hará con hormigón armado. Todo lo que hacemos es en base a esfuerzos personales. Hemos aplicado a Conacyt, visitamos fundaciones, estamos en concursos internacionales para fondos y hasta ahora no ganamos nada", reconoce.

Hoy, formalmente el colectivo está compuesto por 30 personas que son en su totalidad arquitectos y estudiantes de arquitectura. "Pero nosotros queremos y necesitamos que otros actores de la sociedad se integren, porque nosotros somos buenos para hacer proyectos, pero no somos buenos para gestionar, no somos buenos políticos ,no somos buenos economistas. Necesitamos que esto se vuelva multidisciplinario. Ahora se están acercando los estudiantes de ingeniería. Pero eso se dio a costa de mucho sacrificio y gracias a la visibilidad que nos brindan los medios", declara.