Después de un sinfín de idas y venidas, este viernes finalmente se lanzará la licitación del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi. Las empresas tendrán un plazo de 90 días para presentar sus ofertas para las obras –que serán emprendidas mediante el modelo de la Alianza Público Privada (APP)– de construcción de un nuevo aeropuerto, el recapado de la pista de aterrizaje, una plataforma de estacionamiento de aviones, un espacio comercial y otras estructuras conexas.

Se estima que la inversión para la modernización y ampliación de nuestra principal terminal aérea alcanzará los US$ 149 millones y se establece una concesión por 30 años para la firma ganadora. La noticia es muy positiva, atendiendo al atraso que Paraguay manifiesta en este campo.

No es exagerado afirmar que el Silvio Pettirossi se quedó estancado hace décadas. Sin inversiones, ampliaciones ni obras complementarias, está a la altura de un aeropuerto de tercer orden de Brasil, por ejemplo. El crecimiento económico experimentado por nuestro país en los últimos años no se vio acompañado por inversiones en obras públicas en la proporción requerida, de forma especial en lo que concierne al transporte, comunicación y logística.

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Este proyecto crucial para la economía paraguaya se demoró por muchos años, con frecuencia torpedeado por grupos que privilegiaban sus conveniencias sectarias antes que los intereses nacionales. Con argumentos débiles o incluso deliberadamente falsos se vino postergando una iniciativa indispensable para proyectar a nuestro país hacia el crecimiento y el futuro.

Por fortuna, finalmente primó la sensatez y el proceso sigue su marcha. Es oportuno en este sentido destacar que el Estado carece de los recursos suficientes para afrontar obras de infraestructura de esta magnitud, haciendo necesaria la intervención del capital privado.

A condición de que se realice con la máxima transparencia, esta alianza entre el Estado y el sector privado es la clave para impulsar una verdadera "revolución" en la navegación aérea en nuestro país. A la luz de nuestra historia reciente, nunca serán demasiadas las prevenciones que se tomen para evitar que esta operación se enturbie o su propósito se distorsione. Con honestidad y patriotismo, hay razones para creer que, con el adecuado control de las instituciones pertinentes, este emprendimiento será el punto de partida para la expansión y el desarrollo del comercio y el tráfico aéreo en los cielos paraguayos.

Paraguay posee una inmejorable ubicación geográfica para el tránsito de mercancías y el desplazamiento de personas en la parte central de Sudamérica, en un área estratégica en las comunicaciones entre los puertos del Pacífico y el Atlántico y las ricas zonas productoras del centro-sur de Brasil, centro-norte de Argentina, Bolivia, Uruguay y Chile.

Se trata de una de las regiones de mayor crecimiento, no solo del continente, sino del mundo entero, con un intercambio y flujo comercial que aumenta sin pausa. Limitado como está por la carencia de litoral marítimo, el Paraguay cuenta, sin embargo, con la llave para agilizar los transportes y las comunicaciones aéreas y terrestres para beneficio de todos los países de la región.

En el caso del transporte aéreo, a la ventajosa posición geográfíca se suma también un clima muy benigno y previsible, con una gran cantidad de días de sol, condiciones favorables para la aeronavegación.

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