Damasco, Siria | AFP |

El Su-24 ruso, abatido el martes por haber violado el espacio aéreo turco, según Ankara, cayó al norte de Latakia, en el noroeste de Siria, donde los rebeldes están muy presentes.

Antes de que el aparato se estrellara, los pilotos lograron eyectarse y saltar en paracaídas. Uno fue abatido antes de tocar tierra, y el otro fue dado por desaparecido.

Para encontrar a éste, comenzó entonces un operativo de una unidad de élite de los servicios de inteligencia de la aviación siria, formada por once miembros, ayudados por un traductor de ruso y dirigidos por un oficial.

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Estos "se infiltraron el martes 3,5 km detrás de las líneas enemigas (rebeldes) en la región montañosa de Al Atira, y encontraron al piloto", indica el diario Al Watan, cercano al poder sirio.

Al Atira se encuentra a unos 10 km de la frontera turca.

Según el diario, la operación comenzó el martes a las 11H00 (09H00 GMT) desde el aeropuerto de Hmeimim, cuartel general de las fuerzas rusas al sur de Latakia, después de que éstas localizaran el sitio donde se escondió el piloto Konstatin Mourajtin.

Los once miembros de las fuerzas sirias, acompañados del traductor, se dirigieron a ese lugar. La operación duró cerca de doce horas y "salió perfectamente", afirma Al Watan, añadiendo que ninguno de los soldados resultó herido.

Según el diario, "un dron ruso comunicó a las fuerzas especiales sirias el emplazamiento del piloto, y el de los grupos terroristas. Fue localizado gracias a su GPS. Fue una carrera contrarreloj, porque los terroristas también lo estaban buscando".

Sin embargo, antes de llegar al piloto, hubo combates con los rebeldes, afirma Al Watan, y como resultó herido en una pierna, "hubo que llevarlo fuera de las líneas adversas, desde donde el equipo pudo llegar luego al aeropuerto" de Hmeimim, a cerca de 50 km.

Rusia anunció que el piloto y los participantes en las operaciones de rescate recibirán "honores de Estado".

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