América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa más alta de

del mundo y se estima que casi el 18% de todos los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años de edad.

El embarazo adolescente es uno de los temas que están siendo abordados en la Segunda Reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo que sesiona en México, organizada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

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Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro, por lo que el diseño y la implementación de políticas públicas dirigidas a reducir éstos indicadores forman parte de la Guía Operacional que se discute en la Reunión, para la aplicación de medidas en los distintos países.

Paraguay en la agenda

La doctora María Teresa Barán, viceministra de Salud Pública de nuestro país, quien encabeza la delegación oficial paraguaya en México, reconoció que el embarazo adolescente es una verdadera problemática social, no ya solo del ámbito de la salud pública, y que sólo con políticas integrales será posible enfrentar la situación.

"En Paraguay tenemos una gran preocupación sobre lo que conlleva el embarazo en la adolescencia ya que representa el 20% de los embarazos en nuestro país", dijo Barán en una entrevista con el equipo de comunicación del UNFPA en la Conferencia.

Las adolescentes de entre 15 y 19 años representan el 52% de las adolescentes sexualmente activas en Paraguay.

"Un embarazo en la adolescencia es un riesgo de salud para el niño y la madre, y tenemos que desarrollar políticas para disminuir estos índices de embarazos adolescentes", indicó Barán.

El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) centra su estrategia en la apertura de consultorios amigables, y actualmente funcionan 13 de estos servicios en varios puntos del país; y también en la disminución de la incidencia del segundo embarazo en la adolescencia.

"Estamos trabajando con servicios de salud, con la Dirección de Programas de Salud, inclusive con otros ministerios para aumentar el acceso de los y las adolescentes a estos servicios para disminuir la incidencia de los embarazos adolescentes", dijo Barán.

El caso de las niñas menores de 14 años es todavía una situación más dramática porque desnuda las múltiples fallas institucionales de protección de la niñez en el país. Según Barán, urge el trabajo interinstitucional con el Ministerio Público, el Ministerio de Educación, de la Mujer, la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia, porque "Salud Pública lo que recibe es la consecuencia, que es la niña embarazada, y hay que trabajar para evitar que ese embarazo ocurra".

Según la Organización Mundial de la Salud, los embarazos adolescentes son extremadamente peligrosos para la salud de la niña embarazada y pueden conducir a complicaciones y a la muerte en algunos casos, ya que la anatomía de las niñas y adolescentes no está completamente desarrollada para asumir un embarazo.

En América Latina, el riesgo de muerte materna es cuatro veces mayor entre las adolescentes menores de 16 años. El 65% de casos de fístula obstétrica se desarrollan durante un embarazo en la adolescencia, con graves consecuencias para sus vidas, resultando en serios problemas de salud y de exclusión social. Los embarazos precoces también son peligrosos para el bebé, con una mayor tasa de mortalidad de un 50%.

En Paraguay, el UNFPA, contabiliza más de 700 casos anuales de embarazo en niñas de 10 a 14 años, y más de 20.000 en jóvenes de 15 a 19 años.

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