Samburu, Kenia | AFP | por Peter MARTELL.

Frente a los cazadores furtivos que se modernizan para capturar a los elefantes en África, los protectores de los paquidermos recurren a su vez a tecnologías avanzadas para impedir su extinción.

En las salvajes extensiones de la reserva de Samburu, en el norte de Kenia, el gigante Google creó mapas en tres dimensiones basados en datos por satélite que permiten seguir los desplazamientos de decenas de elefantes equipados con un collar electrónico.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El objetivo es garantizar su seguridad y contribuir a la vez a la protección de su hábitat.

Los mapas "constituyen un banco de datos inestimable", comenta Iain Douglas-Hamilton, responsable del grupo ecologista Save the Elephants, presentando uno de ellos en los que se aprecia casi en tiempo real unos pequeños iconos de elefantes desplazarse en una gran pantalla de televisión.

Las organizaciones de protección de estos animales temen que frente a los precios del marfil —varios miles de dólares por kilo en Asia— la especie pueda desaparecer de África dentro de una generación.

Pero diez años de cooperación con Google han permitido que, al menos en este rincón de Kenia, la caza furtiva retroceda. "Es una anomalía en el continente africano", reconoce Douglas-Hamilton.

En concreto, la tecnología de Google Earth permite "comprender los esquemas de migración y así proteger mejor" a los elefantes, explica Farzana Khubchandani, directora de marketing de Google Kenia.

"Los collares pueden decirnos también si un animal ha dejado de moverse. Esto nos permite reaccionar rápidamente y enviar patrullas", dice David Daballen, de Save the Elephants.

Actualmente, 85 elefantes están dotados de un collar de seguimiento, la mitad en el norte de Kenia y el resto en República Democrática del Congo, Sudáfrica y Zimbabue. Su coste es elevado, 8.000 dólares por cada aparato, su instalación y mantenimiento.

Pero el desafío es mayor: en Kenia, sólo quedan unos 30.000 elefantes. En la reserva de Samburu, al norte de Nairobi, hay unos 900 paquidermos.

Flaubert, Rodin y Matisse

Paralelamente a los mapas, los investigadores establecen el árbol genealógico de las familias de elefantes. "Este es Flaubert, de 26 años", explica Douglas-Hamilton, presentando la familia de los "Artistas".

"Estos son Rodin y Matisse, pero desgraciadamente, Gauguin murió", agrega este zoólogo británico, de 73 años, que denuncia un "genocidio de elefantes".

Es capaz de nombrar a cada uno de los 23 elefantes que está comiendo en la ribera del Ewaso Ng'iro, un río que serpentea en medio de los 165 km2 de la reserva.

Google anunció esta semana el lanzamiento de un servicio de Google View que permite en un clic observar la población de elefantes en Samburu.

Unas cámaras especiales instaladas en los techos de los autos tomaron instantáneas de 360 grados para alimentar las bases de imágenes que permiten las visitas virtuales. Se trata de una manera de sensibilizar a los internautas y promover el turismo.

No obstante los métodos tradicionales de estudio siguen siendo válidos.

En el centro de investigación de Samburu, se pueden observar decenas de mandíbulas de elefantes muertos por los cazadores furtivos o víctimas de la sequía. Los dientes suministran datos clave sobre la edad de su muerte. Otras partes del esqueleto permiten reconstruir su vida y su muerte.

"Aquí hay una bala, ahí otra", explica Daballen, mostrando el hueso de un hombro de elefante. Pero Ebony no murió a consecuencia de esos disparos, sino de una bala en la cabeza en mayo de 2011.

Dejanos tu comentario