Ciudad del Este.

"Antes yo tenía que pedirle a mi familia que me traiga esto o aquello para cubrir algunas necesidades aquí, pero ahora soy yo la que les doy para mi hijo y ayudarles en la manutención", dice Liza Benítez, una de las internas de la Correccional de Mujeres "Juana María de Lara" que empezó a trabajar en el pabellón de la empresa Fujikura, instalada en el penal para darle trabajo y bienestar a las mujeres privadas de su libertad.

Tiene 25 años, tiene un hijo y está privada de su libertad hace siete meses. La misma no oculta su emoción al relatar que fue ella quien se ofreció formar parte del programa, ni bien se informó que la firma japonesa, instalada en la Zona Franca Global de Ciudad del Este, contrataría a las internas para trabajar en la estructura que la firma iba a montar dentro de la sede penal de la capital paranaense.

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Liza es parte de las 30 internas de la Correccional de Ciudad del Este que fueron seleccionadas para ser operarias de la fábrica de Fujikura, en su pabellón de la sede penal. Ayer formaron parte del acto de inauguración de lo que denominan como Cárcel Industrial, producto de un convenio de cooperación entre el Ministerio de Justicia y la empresa Fujikura Automotive SA.

Fue en la misma sede penal de Ciudad del Este, donde las demás internas también fueron testigos del inicio oficial del proyecto de reinserción social y laboral. Para el efecto asistieron el presidente Horacio Cartes, el vicepresidente Juan Afara, Ministros del Poder Ejecutivo y autoridades regionales.

La firma se encargó de adecuar una vieja estructura donde funcionaba una panadería, para ponerla en condiciones y sean instalados los equipos de trabajo de la empresa y pueda también producir desde ese lugar con el aporte de las operarias privadas de su libertad. Fueron meses de trabajo para la selección y posterior capacitación de las mujeres, a cargo de la industria japonesa instalada en Paraguay.

Son treinta mujeres hoy pero el objetivo es ir aumentando en la medida en que más mujeres internas muestren interés, según explicó la ministra Sheila Abed. La misma reconoció que en la región existen otras experiencias similares pero aclaró que este convenio tiene una particularidad que a ella le genera mucha emoción y, es el hecho de que, "con este proyecto, las internas tienen trabajo extra porque pueden seguir trabajando para esta empresa, una vez que recuperen su libertad".

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