El Obispado Castrense fue el recinto sagrado elegido por Silvia María Patiño Valiente y Heinrich Fajina von Lucken Gamarra para recibir la bendición matrimonial; fueron sus padrinos: Enrique von Lucken y Mirna Gamarra; Pedro Artemio Patiño Seppe y Julieta Valiente de Patiño. Silvia se veía preciosa y feliz en su boda; lució un diseño de linea romántica confeccionado en organza de seda natural bordado con flores de encaje y perlas, hecho por Roquelina Villagra.

En el pelo, un tocado de organza y el mismo encaje decorado con pedrería del que iba sujeto un velo de tul de ilusión con terminaciones de encaje, preparado por Dolly Ruffinelli. En las manos llevó un rosario de cristales acompañado de un ramo de flores naturales blancas con toques de salmón, hecho por Óscar Guccione, el decorador de la fiesta de bodas.

La celebración tuvo lugar en Las Takuaras Paseo del Yacht, donde se destacó una ambientación nupcial clásica y romántica. El catering incluyó buffet de platos fríos y calientes del chef Hermann Soerensen para Stuppendo. Los nuevos esposos fueron de luna de miel a Europa.