Tokio, Japón | AFP |

Guillermo, que viajó sin su esposa Catalina, a punto de dar a luz a su segundo hijo, fue recibido de acuerdo con el estricto protocolo por el emperador Akihito y la emperatriz Michiko.

Las fotos del encuentro muestran a un Guillermo joven y robusto estrechando la mano del octogenario Akihito, que parece muy frágil a su lado.

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El heredero de 32 años agradeció la invitación al emperador que le permitió efectuar su primera visita a Japón, cuya dinastía del Crisantemo es considerada como la más antigua del mundo.

"Es un gran honor ser recibido por Su Majestad el emperador", declaró luego Guillermo, que también visitó para una ceremonia del té al príncipe Naruhito, primogénito y heredero de Akihito.

El príncipe de Inglaterra recibió los mismos honores que su fallecida madre, que gozaba de una gran popularidad en el archipiélago. Miró, muy atento, las fotos de las visitas que realizó Diana a Japón entre 1990 y 1995.

El duque de Cambridge había visitado poco antes un cementerio de la guerra de la Commonwealth en Yokohama, lugar de las afueras de Tokio donde reposan los restos de unos 1.700 soldados británicos y de otras nacionalidades apresados por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Su abuela, la reina Isabel II, la princesa Diana y la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, ya habían acudido a ese lugar para rendir homenaje a los caídos durante la guerra.

Guillermo no sólo representa a la reina de Inglaterra que, a sus 88 años, delega cada vez más sus viajes al extranjero, sino también a su padre, el príncipe Carlos, cuya última visita a Japón se remonta a 2008.

El sábado, abandonará la megalópolis de Tokio con rumbo a la región de Fukushima (noreste), que sufrió los embates del seísmo y del tsunami del 11 de marzo de 2011. Allí se reunirá con el primer ministro conservador, Shinzo Abe.

Está previsto que acuda a un parque infantil en la región de Fukushima, que acoge la central nuclear que liberó gran cantidad de material radiactivo, a raíz de la catástrofe, hace cuatro años.

El domingo, Guillermo viajará a Pekín, con la esperanza de mejorar las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El príncipe Carlos, que mantiene una buena relación con el dalái lama, había calificado en una ocasión a los líderes chinos de "espantosos personajes de cera", en uno de sus cuadernos de viaje publicados por la prensa.

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